Le Cabrera se sitúa en la calle Bárbara de Braganza 2, uno de los aspectos positivos que tiene es que la cocina está abierta hasta las 2:00 los fines de semana.
Nosotros cenamos acompañando la comida con un cocktail, no podía ser de otra forma en Le Cabrera, teníamos que probar alguno. Yo me decidí por un estupendo Pisco Sour.
De entre los platos que ofrecían en Le Cabrera nos decidimos por lo siguiente:
Sardinas limadas con vinagreta de maracuyá
Las acompañamos con un poco de pan con tomate y ajo tal y como nos recomendaron.
Las sardinas marinadas en la vinagreta de maracuyá están muy ricas, bien limpias, no encontramos ni una espina, la vinagreta muy suave.
Espárragos blancos, emulsión de tomillo limón y berros.Una vinagreta tipo mayonesa ligera, me gustó mucho el sabor del tomillo limonero en esta salsa. Al plato en general le faltaba algo de chispa.
Crujiente de rape con mojo verde.
El rape envuelto en un crujiente y aliñado con mojo y cebollas rojas que le daban un punto fresco y especiado, estaba muy rico.
Pedimos también uno de los platos que estaban fuera del menú, unos raviolis de manitas.
Los raviolis estaban buenos, sin mucha gracia, pero la gracia se la daba la salsa, el jugo donde se habían cocinado las manitas, con las verduras y especias.
La estrella, este tartar de buey.
La carne de buena calidad, muy bien aliñada, muy jugosa, la yema de huevo aún le aportaba más untuosidad y sabor. El crujiente lo aportaba la cebolla frita. Un plato buenísimo.
Una de las cosas que más me gustó en Le Cabrera fueron los postres, esto no me suele pasar, no soy muy de dulce.
Cheesecake de Le Cabrera.
Si pasáis por allí no os perdáis este postre. La crema de queso muy suave, encima unas migas de galleta para dar un punto algo más crujiente y encima del todo una espuma de frutos rojos deliciosa, estupenda la textura y el sabor.