En esta ocasión, Gabin, no va por la vida como detective, haciendo de Maigret, sino como el Doctor Laurent, que llega a vivir y trabajar en un pueblito de Los Alpes, donde irá viviendo las desventuras y aventuras, que pueblo chico promete.
Porque él es medico general, pero se ha especializado en partos, solo que como viene de la capital francesa, trae conocimientos nuevos, variados, interesantes, que permiten entregarle a las mujeres, la posibilidad de parir “sin dolor”. Que el nacimiento de su bebé no sea un tormento, que las deje traumatizadas y sin ganas de volver a intimar con el marido, para así no quedar embarazadas y no tener que pasar por ese desazón.
El asunto es que claro, esos comentarios y frases tan machistas y conservadoras, eran el cliché para demostrar que el Doctor Laurent, era lo que ese pueblo neceistaba. Un hombre calmo, atento, educado, muy interesado de trasmitir su visión de la vida, del nacimiento de esta y sobre todo, de hacer grato un momento que debería ser más que hermoso.
Lentamente y con muchos prejuicios y obstáculos, el doctor Laurent, irá demostrando que su propuesta no es alocada, es verdad, es un pueblo pequeño, son fines del ´50, pero es Europa, son países desarrollados y esto no es un experimento que un chiflado decidio ir hacer a un lugar lejano, sino el resultado de muchos años de estudio, por parte de connotados médicos.
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