Le Corbusier o...

Publicado el 18 febrero 2014 por Catgo

“No se puede hacer una revolución rebelándose, sino aportando una solución"  Le Corbusier.
Cuando era pequeña recuerdo un libro que teníamos en casa, titulado “Todas las Maravillas del Mundo”. En él aparecía una extraña casa, parecida a una enorme seta, que siempre me había llamado poderosamente la atención. Ya de más mayor, la propia intriga me llevó a descubrir de qué se trataba y a dónde se podía ir a visitarla. Se trataba de Notre-Dame-Du-Haut de Ronchamp, cerca de Belfort, el primer edificio religioso que diseñó Le Corbusier en 1950, y que vino a sustituir al templo anterior que había sido destruido durante el Segunda Guerra Mundial. El resultado fue un edificio que se parecía más a una escultura moderna que a un templo, y cuyo interior fue calificado como "una cueva sin montaña”. El propio arquitecto confesaría que: "Su deseo fue el de plasmar a través de la arquitectura los sentimientos que despertaban ese lugar; pero que ni por un instante, pensó en crear algo que llamase la atención”… No obstante, ahí está el resultado. No hay edificio en el mundo con más admiradores y detractores que el de la capilla de Notre-Dame-Du-Haut.
Al recibir una invitación para participar en una visita guiada a la exposición de CaixaForum, automáticamente recordé ese templo.

Foto: La Haute-Saône.com


Charles Édouard Jeanneret-Gris nació en La Chaux-de-Fonds, una ciudad situada en uno de los cantones de la Suiza Romanda, concretamente el 6 de octubre de 1887. A los 29 años se trasladó a París, donde adoptó el seudónimo de Le Corbusier con el que llegaría a ser universalmente conocido, y que ideó a partir de una variación humorística del apellido de su abuelo materno Lecorbésier. Fue arquitecto, ingeniero, diseñador, pintor, escritor, fotógrafo, director de cine, además de uno de los representantes más influyentes del Movimiento Moderno de la Arquitectura del siglo XX, con más de 400 proyectos, de los que 75 se convirtieron en destacados edificios, distribuidos por una docena de países de cuatro continentes. Comparable al genio del Renacimiento, Leonardo da Vinci.

Curiosamente, uno de los ideólogos más innovadores de la arquitectura moderna, acabó sus días viviendo en una pequeña cabaña (y no precisamente por falta de recursos, sino para poner en práctica su idea de la funcionalidad), situada frente al mar, en el pequeño pueblo de Roquebrune-Cap-Martin, donde el 27 de agosto de 1965 murió mientras nadaba en el mar.

Maqueta de la Villa Savoye y los cinco puntos de la nueva arquitectura:
 1. La planta baja con pilotes. 2. La planta libre. 3. La fachada libre.
 4. Las ventanas alargadas horizontales. 5. La terraza-jardín de la azotea.


A partir de los años 30, cuando ya había establecido un estudio de arquitectura en París, empezó a centrar su actividad en proyectos urbanísticos, con los que pretendía demostrar cómo una ciudad podía crecer en lugar de quedarse cerrada en sí misma.
Uno de los proyectos en los que participó, que no llegó a llevarse a cabo, fue el “Plan Macià” de 1934, en el que junto a Pierre Jeanneret y el GATCPAC planteaba una utópica y revolucionaria reforma urbanística de la ciudad de Barcelona. Conservando la organización reticular de Cerdá, proponía crear una ciudad-jardín abierta al mar, con un gran distrito administrativo en la parte antigua que reflejase el carácter industrial y comercial de la ciudad. Adelantándose a su tiempo, como solía hacer, incorporó dos aeropuertos: uno en la actual zona del Fórum y otro en la montaña de Montjuic.


El proyecto nos hace pensar en cómo podría haber sido realmente la ciudad si se hubiese llevado a la práctica, en lugar de ser rechazado por las autoridades; algo comparable a lo que ocurrió a finales del siglo XIX cuando se descartó la posibilidad de construir la Torre Eiffel en Barcelona. Según me han comentado, en el vestíbulo de la Escola Tècnica Superior d'Arquitectura de Barcelona se exhibe de manera permanente una reproducción de las maquetas del proyecto, que se produjeron en 1987 con motivo de la exposición que se celebró durante el centenario del nacimiento del arquitecto.


Gracias a la exposición que presenta CaixaForum, tenemos la oportunidad de conocer más a fondo ese y otros proyectos, así como de hacer un recorrido por la obra de este genio y por las huellas que fue dejando en los diferentes lugares por los que pasó, tales como Estambul, Atenas, Roma, París, Ginebra, Moscú, Brasil, Nueva York o La India.


La exposición está dividida en cinco ámbitos, que te llevan a recorrer cronológicamente la obra del arquitecto desde sus inicios en el Macizo del Jura, hasta sus últimos años ya de regreso al Mediterráneo. Se exponen pinturas, planos, maquetas y fotografías, así como la reconstrucción de cinco ambientes interiores, diseñados por Le Corbusier, para lo que se han usado algunas piezas del mobiliario original:

  • Habitación de la Villa Jeanneret-Perret o Maison Blanche, que fue el primer edificio que diseñó en solitario, y que construyó para sus propios padres en la localidad donde había nacido.
  • Mobiliario de la Villa Church, en Ville d’Avray, donde se presenta un conjunto de prototipos de muebles de diseño, como un sillón basculante, un sillón individual y una chaise longue, que con los años se convertirían en modelos icónicos del diseño del arquitecto.
  • Habitación de la Cité Radieuse o La Maison du Fada de Marsella. Un edificio de 337, donde pudo llevar a la práctica todas las teorías arquitectónicas que había ido planteando a lo largo de su carrera, así como aplicar el concepto de Unité d'Habitation.
  • Interior de la cabaña de Roquebrune-Cap-Martin, población a donde iba a veranear con su mujer desde finales de los años 30 y en donde pasó los últimos días de su vida. Una sencilla cabaña de madera sin cocina, ni baño, donde plasmó la funcionalidad de los espacios en los que siempre había creído.

Foto: CaixaForum Barcelona



La exposición sigue el modelo de la que se realizó en el MoMA de Nueva York, aunque incluye dos piezas nuevas relacionadas con el proyecto que presentó para reurbanizar Barcelona, y que  plasman la ciudad que imaginó Le Corbusier, pero que nunca llegó a ser materializado, como ya he comentado.

Si eres un apasionado del racionalismo arquitectónico y de la arquitectura brutalista, te llama la atención saber de qué se trata, o simplemente siempre te ha fascinado la obra de este genio nacionalizado francés, solo te puedo recomendar que no dejes pasar la oportunidad de ir a visitarla. Además, si te descargas el cupón que incluyo a continuación y lo presentas en el momento de adquirir la entrada, podrás disponer de una autoguía gratuíta a lo largo de todo el recorrido.

Paralelamente a la exposición, se ha preparado un programa de actividades relacionadas, que puedes consultar en la Agenda Online.
LE CORBUSIER. UN ATLAS DE PAISAJES MODERNOS
CaixaForum Barcelona
Av. de Francesc Ferrer i Guàrdia, 6-8
De lunes a domingo y festivos, de 10 a 20 h.
Del 29 de enero al 11 de mayo de 2014
Para saber más:
Le Corbusier and Barcelona
Los Muebles de Le Corbusier