El secretario general del PSOE ha tenido que salir por la puerta de atrás del Aula Magna de Ciencias tras ser sorprendido por dos manifestaciones paralelas, una de Stop Desahucios y otra de Asamblea UGR, cuando estaba a punto de impartir una charla sobre química y política.
Rubalcaba ha sido víctima de su propia estrategia, pues su partido se ha dedicado a estimular la protesta y el boicot a la derecha y a sus actos. Pero él, ahora, también se ha convertido en víctima de la estrategia de lucha de los oprimidos y damnificados por el injusto sistema político español, que genera demasiados desempleados, pobres, desahuciados y mucha gente triste y sin esperanza, mientras que la clase política sigue viviendo en su burbuja de poder, riqueza, privilegios e impunidad corrupta, sin respeto a los ciudadanos ni a las reglas básicas de la verdadera democracia.
El boicot a los políticos y a las urnas es la estrategia popular que se está imponiendo en España para hacer frente a los abusos del poder político y a las injusticias de la clase política, culpable de que España esté hundida, desprestigiada, degradada, empobrecida e infectada de corrupción y abuso de poder.
Algunos condenan lo ocurrido esgrimiendo el argumento de que a todes debería permitírsele exponer sus ideas con libertad y que la universidad debe ser un templo de libre pensamiento donde puede expresarse cualquier persona, incluso Rubalcaba y otros políticos culpables del hundimiento de España. Pero otros opinan que, aunque a todos nos gustaría vivir en una sociedad justa, decente y civilizada, donde cada cual pudiera exponer sus ideas con libertad y respeto, la realidad es que vivimos en una sociedad injusta y depauperada, víctima de la clase política sin valores ni respeto a la democracia, con los ciudadanos oprimidos y en una país empobrecidos, endeudado y degradado por culpa de sus malos gobernantes. Ante esa realidad, los oprimidos y las víctimas del mal gobierno reaccionan abucheando al político que nos ha hundido y arrebatado la prosperidad y la dignidad e impedirle que nos engañe no sólo lícito sino necesario.
Tal vez la única defensa del desamparado ciudadano frente a los abusos del poder y las injusticias del sistema imperante sea la protesta en las calles y el boicot a los políticos en aquellos lugares donde acudan. Rubalcaba, en Granada, aunque no nos gusten esas manifestaciones que obstaculizan la libertad ajena y la libre expresión, fue víctima de una acto explicable desde la indignación popular y la resistencia ciudadana frente a los abusos e injusticias de la clase política española.