Le Nomade. Una cena en movimiento

Por Maria @SaboryTextura

El sábado pasado tuvimos la suerte de poder asistir al primer evento oficial de Le Nomade, una cena clandestina en movimiento a cargo de John Husby y Rodrigo. Con un equipo por detrás que estuvo en todo momento atento y pendiente de los invitados, pudimos disfrutar de un coctel de bienvenida muy rico, por lo visto según decían era lo último que estaba de moda en París. No sabría deciros que llevaba, porque para nosotros el mundo de la coctelería es una profesión totalmente aparte e independiente de lo que hacemos nosotros, pero estaba buenísimo y eso es lo que importa. El primer lugar escogido para el evento fue un enorme loft de 350 m2 ubicado en el madrileño barrio de La Latina. Solamente con pasearte por él ya merecía la pena, porque para los amantes de la música como yo, dio la casualidad que entre las pertenencias del propietario había una guitarra de Marlango justo al lado del sillón donde estaba disfrutando del coctel. La idea nos gustó, y mucho. Con un concepto "slow food", poco a poco fuimos conociéndonos entre los diferentes comensales que íbamos a comer en la mesas con un denominador común, la pasión y devoción por la comida. Pudimos intercambiar experiencias, aprender cosas nuevas y en resumen pasar un buen rato con gente que comparte con fervor tus mismas aficiones. Siempre digo que no me gusta el queso y que es una faena, porque con lo que me gusta comer me estoy perdiendo uno de los mejores manjares que nos ofrece la comida, pero sin embargo, tengo que empezar a cambiar esa frase porque poco a poco voy iniciándome en este mundo y parece que estoy haciendo una integración "in crescendo" con él. Digo esto debido a una de las experiencias del sábado pasado con uno de los aperitivos, buñuelo de trufa negra. Estaba tan contento degustando el buñuelo cuando Fernando Alcalá de Cocina y Cocina comentó: -esto lleva queso, debe ser Parmesano. Mi mujer que ya lo había probado antes no me quería decir nada, pero ya era tarde porque me lo había tragado y lo peor de todo, saboreado bien en boca. Me gustó mucho, tanto es así que repetí unas cuantas veces más. Pasado el coctel nos fuimos colocando en las mesas y como diría Chicote, es hora del Rock'n Roll. El compás estuvo en todo momento muy bien sincronizado y no hubo ningún destiempo, todo iba llegando en orden. Para empezar comenzamos con una Navaja en Salsa Verde. La ornamentación del plato estaba muy trabajada, pero era una pena que el ajo fuera el protagonista, porque hubiera quedado de diez si la navaja tuviera un poco más de protagonismo en el sabor. Lo consiguió, teníamos nuestras dudas por el tipo de género, pero tuvimos la suerte de poder probar una degustación de zanahorias morada, naranja, amarilla y blanca. Pasados estos entrantes, llegó lo que para mí quizás fue mi plato preferido de la noche, pero digo quizás porque aún no sabría por cual de todos decidirme. Por mucho que me fije en la foto no se ni por donde empezar para poder interpretar en casa este plato, una ensalada de Pulpo al carbón con hinojo, arbequina y yogur al virgen extra. El sabor y la mezcla ERAN INCREIBLES! . Iba siendo hora de empezar a comer un poco de carne, y que mejor que un Pollo de corral ahumado con remolacha, guisantes y algarroba. Nunca había probado la algarroba, me gustó, tenía un toque final como a cacao y no estaba nada aceitosa. Era como una especie de "chips" y hacía muy buena combinación con los guisantes. En cuanto al pollo, su sabor no tenía nada que ver con lo que compramos en los supermercados. Nosotros tenemos la suerte de poder comer este tipo de carnes gracias a un buen amigo nuestro de Teruel que cría pollos de corral con un mimo y dedicación que luego dan sus frutos un año después, porque hemos convertido el pollo en Tironosaurio. Para cambiar un poco los sabores antes de pasar a la carne roja, tomamos unas verduras en escabeche, tuétano, y acedera. Nunca se me habría ocurrido utilizar el tuétano con unos encurtidos, y sin embargo, la mezcla estaba estupenda. Somos foodies, así que nuestros estómagos aún pueden comer más y todo esto no ha sido más que un pequeño aperitivo para dar paso al producto estrella de la noche, Buey La Finca a la parrilla con cebolleta, berenjena asada y mantequilla de avellana. Increíble, no hay palabras suficientes para describir este plato. La carne estaba de pecado, pero respecto a la mantequilla de avellana no había probado algo igual en mi vida. La mezcla del buey con la avellana le daba una combinación en boca muy rica. Solamente hay un pero, y es que nos gusta la carne vuelta y vuelta, que aún suelte la sangre en el plato. No hubo suerte. ¿Qué pasa con los postres? Hasta ahora hemos estado bailando con trufas, navajas, zanahorias, pollos, verduras y carnes. Ya va siendo hora de bajar un poco el ritmo para ir dejando paso a los lentos. Leche, cacao, avellanas y azúcar.... He de deciros que me costó acabarlo. No estaba mal, pero quizás era un poco denso para "acabar" la noche con este postre. Digo acabar, porque nos quedaban los bonus tracks de la velada. Cuando pensábamos que después de meterse el cacao entre pecho y espalda era suficiente, llegó la hora de poner punto y aparte con unas Variaciones de limón Meyer en unas cazuelitas mini. Su textura me recordaba a la de un flan, y hubiera quedado perfecto si tuviera un poco mas de acidez de limón, pero bueno, eso va por gustos. A nosotros por ejemplo cuando hacemos la tarta de limón y merengue con masa quebrada nos gusta que quede más ácida y menos dulce. Es momento de la ovación y el reconocimiento. Se lo han ganado, no ha fallado nada, todo ha ido como la seda y los platos estaban muy bien trabajados, ricos y con productos de temporada. Como punto y final, John tuvo el detalle de regalarnos un muesly hecho por él, que desayunamos el domingo para dar por concluida la primera cita con Le Nomade y sus cenas clandestinas. ¿Cómo ha sido el muesly? delicioso, nunca habíamos probado un muesly preparado de forma artesanal, siempre lo hemos tomado industrial. Así que John nos ha incitado a indagar para buscar y preparar una receta con estos ingredientes. Cerramos la función dando las gracias a todo el equipo que había detrás de los fogones y un saludo a Paula de Get in my Belly, a Fernando Alcalá de cocina y cocina, y a Kiki Market, un nuevo mercado de comida orgánica que promete bastante y que probaremos en breve para conocer sus productos en nuestra cocina. Seguiremos en movimiento con futuras cenas clandestinas.