Cobertura de Espectadores.
De las películas que participaron de la competencia internacional del 18º BAFICI, Le nouveau fue la favorita del público. Esta distinción sorprendió poco a los espectadores que sentimos la ficción de Rudi Rosenberg como una caricia al púber que fuimos alguna vez. La clave de esta hazaña parece encontrarse en la combinación entre un guión consistente -que el mismo director escribió con la colaboración de Bruno Muschio e Igor Gotesman- y el magnífico desempeño de Réphaël Ghrenassia, Joshua Raccah, Géraldine Martineau, Guillaume Cloud-Roussel, Johanna Lindstedt entre otros jóvenes actores.
El primer largometraje de este realizador francés gira en torno a la etiqueta “El nuevo de la clase”. El desafío de hacerse al menos de un amigo es el motor de la historia del tímido Benoît, atravesada por tres grandes crónicas: la de las gastadas que le juegan unos compañeros bravucones, la del primer flechazo amoroso, la de la constitución del grupo de compinches que se anuncia inquebrantable.
Además del voto del público, el film de Rosenberg ganó el premio SIGNIS.
A juzgar por los cortos que filmó en 2008 y 2010 (la protagonista del segundo es la única chica del mencionado grupo, Aglaée), a Rosenberg le interesa especialmente ese pasado escolar que la mayoría de los mortales recordamos con un manto de autoconmiseración. El resultado es una aproximación tan versátil, respetuosa, tierna como la memorable We are the best! del sueco Lukas Moodysson.
A tono con lo que sucede en esa época, la intervención de los adultos también aparece apenas registrada en la película. Por eso resulta tan atinado el trabajo de Rosenberg con los jóvenes actores que cargan con todo el peso de la narración.