La inconmensurable belleza de los Alpes es la auténtica protagonista. En esas laderas, dos amigos desde la infancia: el primero vinculado, fusionado podría decirse, a las cumbres bajo las que ha nacido, el segundo, un visitante vacacional en busca de un propósito en la vida. Un viene y va vitalista tratado con profundidad e idealismo, sin caer en los vulgares puntos comunes de los libritos de autoayuda, tratando con verismo lo que para algunos implica la soledad buscada o lo que para otros es la naturaleza, una parte consustancial de la existencia, pero no la única. Dos concepciones divergentes de lo que debe ser la vida, el aislamiento o la proyección al mundo, en principio incompatibles, pero que en el film se unen en plena conexión. El amplio metraje no debe disuadir a nadie, una historia tan hermosa requiere calma, y se la han dado hasta rozar la perfección
Puntuación @tomgut65: 8/10