Leatherface (Alexandre Bustillo & Julien Maury, 2017. EEUU): agradecidamente esforzada (sin alcanzar la brillantez ni brutalidad que sí tenía À l'intérieur, el largometraje debut de Bustillo y Maury y producción fetiche del conocido como Nuevo Cine de Terror Francés, caracterizado por su extremismo a la hora de mostrar hemoglobina) nueva precuela (ambientada aún antes que aquél mediocre slasher con el subtítulo de El origen, la cual se estrenó hace más de una década) de La matanza de Texas, film clave dentro del American Gothic de los años 70 y que convirtió en icono del terror al célebre psicópata de sierra mecánica y familia, cuanto menos, disfuncional. Es de agradecer la cantidad de gore y violencia gráfica (contiene alguna escena particularmente macabra e incómoda) de los cuales hace gala (el ya mencionado debut de la pareja de realizadores galos fue una brutal barbaridad), aunque, por el contrario y por culpa de ciertas situaciones y comportamientos tópicos de personajes aún más tópicos (la madre, interpretada por Lily Taylor), no alcanza los niveles de las películas más notables de este renacimiento del cine de terror americano, entre las cuales cabe situar a los dos Halloween de Rob Zombie o el remake de Las colinas tienen ojos, a cargo de Alexandre Aja, otro enfant terrible procedente de Francia. Sobradamente correcta.
Leatherface (Alexandre Bustillo & Julien Maury, 2017. EEUU)
Publicado el 18 noviembre 2017 por Juanjo85Leatherface (Alexandre Bustillo & Julien Maury, 2017. EEUU): agradecidamente esforzada (sin alcanzar la brillantez ni brutalidad que sí tenía À l'intérieur, el largometraje debut de Bustillo y Maury y producción fetiche del conocido como Nuevo Cine de Terror Francés, caracterizado por su extremismo a la hora de mostrar hemoglobina) nueva precuela (ambientada aún antes que aquél mediocre slasher con el subtítulo de El origen, la cual se estrenó hace más de una década) de La matanza de Texas, film clave dentro del American Gothic de los años 70 y que convirtió en icono del terror al célebre psicópata de sierra mecánica y familia, cuanto menos, disfuncional. Es de agradecer la cantidad de gore y violencia gráfica (contiene alguna escena particularmente macabra e incómoda) de los cuales hace gala (el ya mencionado debut de la pareja de realizadores galos fue una brutal barbaridad), aunque, por el contrario y por culpa de ciertas situaciones y comportamientos tópicos de personajes aún más tópicos (la madre, interpretada por Lily Taylor), no alcanza los niveles de las películas más notables de este renacimiento del cine de terror americano, entre las cuales cabe situar a los dos Halloween de Rob Zombie o el remake de Las colinas tienen ojos, a cargo de Alexandre Aja, otro enfant terrible procedente de Francia. Sobradamente correcta.