Mañana llega a nuestras salas "Blackthorn," el esperado western sobre Butch Cassidy de Mateo Gil y Sam Shepard. Un género que tanto el director canario como su guionista, Miguel Barros, llevan a su esencia más reflexiva y moral. Los personajes se enfrentan a la vida y sus grandes temas (la libertad, el compromiso y la lealtad, el valor, la traición, la propiedad y el dinero, la justicia, la amistad e incluso el amor) en condiciones muy puras, muy simples, por lo que las decisiones a las que deben enfrentarse resultan no sólo muy dramáticas, sino ejemplarizantes. Al fin y al cabo, ¿qué más puede pedirse a una película, a cualquier obra dramática, que ayudarnos a mirar hacia nuestra propia vida y la manera de afrontarla? Es lo que hace también el anterior trabajo de Miguel Barros, esta vez como director. Un enriquecedor documental de denuncia social que curiosamente, sirve de inmejorable antesala para comprender los valores que el "Blackthorn" de Mateo Gil nos transmite con absoluta destreza. Ellos son "Los sin tierra."
LA HISTORIA CUENTA
El Movimiento Sin Tierra es, probablemente, la organización social más importante del mundo. Surgido hace 20 años en plena dictadura militar en Brasil, el MST aglutina a los excluidos de la sociedad brasileña tanto del campo como de las ciudades. Según Naciones Unidas, Brasil se encuentra a la cabeza de los países con una peor distribución de las tierras y la riqueza. El 50% de las tierras cultivables en Brasil están en manos del 1% de la población; creando así millones de familias sin tierra y sin futuro que se agolpan en favelas rodeados de pobreza y violencia. El Movimiento Sin Tierra propone una "reconquista" del campo del cual fueron expulsados y la creación de asentamientos auto sostenidos. En un país con una de las mayores superficies agrícolas del mundo, la tierra no solo es un derecho sino que es una garantía de vida. Amparados por la constitución Brasileña de finales de los años 80, este movimiento ocupa latifundios improductivos reivindicando su justo reparto entre aquellas familias que lo necesiten. De esta forma y con una organización siempre asamblearia el MST ha ido retomando millones de hectáreas en los últimos años y creando asentamientos con escuelas y atención medica. En otras palabras, los integrantes de este movimiento han conseguido recuperar la dignidad robada por los grandes latifundistas y las oligarquías dominantes. Brasil, hoy en día, todavía no ha tenido una verdadera reforma agraria. Esta lucha por la tierra ha generado cientos de muertes entre el campesinado. Pero el MST sigue creciendo y organizándose.
LA PELÍCULA CUENTA
Con la emotiva voz de Cecilia Roth, Los sin tierra es un documento sobre la historia pasada y el momento presente del MST, es una puesta por hacer realidad el lema. "Otro mundo es posible". En ella vemos el trabajo diario que desempeña un movimiento que agrupa a millón y medio de personas, con 5.000 asentamientos a lo largo y ancho de Brasil, con cerca de 5 millones de personas trabajando en ellas, que ha alfabetizado a 30.000 personas, que lucha contra la esclavitud infantil presente en muchas de las haciendas, tal como se retrata en conversaciones deprimentes y desoladoras con chavales que no saben lo que es jugar y que en su todavía breve vida solo han trabajado día tras día.
QUIEN ESTÁ DETRÁS
Dirige Miguel Barros, quien ha ejercido como documentalista, ayudante de dirección y guionista en distintos países a lo largo de los últimos quince años. Aficionado a viajar, conoce a miembros del MST, conviviendo con ellos en distintos asentamientos durante un año. A partir de este fin de semana comenzaremos a oir los ecos de su nombre pro ser el guionista responsable del excelnte western reflexivo "Blackthorn" de Mateo Gil.
ALGO ASÍ COMO
"La dignidad de los nadies" + "Blackthorn"
LO QUE ES
-Un fiel y elaborado retrato que sirve como ejemplo perfecto de la explotación terrenal indígena que sufren los países latinoamericanos.
LO QUE NO ES
-Un alegato social más rodado por mi amiguete con su camarucha de viaje