Apoyo a Rafael Alcides*
Cuando ingresé a prisión el 28 de febrero de 2013, lo primero que hice, una vez depositado en la barraca de Valle Grande, fue redactar una carta renunciando a la UNEAC. Al día siguiente, salí a la visita de aseo de media hora que corresponde a los recién ingresados. Allí estaban mi pareja, Antonio Rodiles y Ailer González. Me dieron su criterio, que renunciar, en mi situación, era hacerle un favor a la UNEAC, porque luego le serviría para justificar la ineficacia hacia sus miembros y su consabida sumisión al régimen político.
El día del juicio –que, repito, no fue más que un acto circense amañado para encerrarme, sacarme de la calle y castigar mi ataque a Raúl Castro con mi carta abierta donde le llamé dictador– al entrar a la sala del tribunal en su sede especial de la Seguridad del Estado, en Carmen y Juan Delgado, Víbora, me sorprendió encontrar al poeta Alex Pausides, quien me dijo haber sido enviado por Miguel Barnet (presidente de la UNEAC), junto a la jurídica y otro funcionario, para representarme, brindarme apoyo, y presenciar lo que allí sucedería. Después de terminada la obra teatral de la Fiscalía y la jueza, a la salida, delante de mi familia, tanto Pausides como la jurídica, me aseguraron que –según lo que habían visto en el acto oral– saldría absuelto, pues no se presentaron pruebas en mi contra. Recuerdo que les señalé a los agentes de la Seguridad del Estado que merodeaban el lugar, y ellos –por ingenuidad– negaron, no creyeron que aquellos eran segurosos.
Ambos funcionarios de la UNEAC me ratificaron que hablarían con Miguel Barnet para que intercediera a mi favor, dada sus valoraciones al respecto de lo presenciado. Cuando me sancionaron, mi familia les presentó la condena a Pausides y a la jurídica; se alarmaron y no entendieron semejante arbitrariedad en el proceso en mi contra. Por eso, pidieron reunirse con mi abogado, quien hizo acto de presencia y explicó mi indefensión jurídica; quedaron en planteárselo de esa manera a Barnet, y le dieron una fecha a mi pareja para que –luego de unos días– pasara a verlos.
Yo sabía que allí se detendría el asunto, y predije a mi pareja que ese día que fue citada, ya no encontraría de la misma manera ni a Pausides ni a la jurídica, testigos –en definitiva– de mi amañado juicio. Y fue exactamente así: Pausides ya no se mostró alarmado y ni solidario con mi caso y la jurídica estaba ocupada y esquiva. No había nada que hacer, la UNEAC se subordinaba –una vez más por medio siglo– a los designios e injusticias políticas de la dictadura.
Finalmente, no haber renunciado ha sido la manera de humillar al organismo, de hacerles jugar su papel de mansedumbre al totalitarismo, porque si algo tiene el gremio, es que no es una ONG, en lo absoluto es independiente, y no es más que otra entidad política, engranaje de la maquinaria de represión y chantaje contra los artistas e intelectuales a los que manipulan con prebendas, publicaciones y viajes al exterior.
En el recién concluido Congreso de la UNEAC, Pausides fue “elegido” para presidir la Asociación de Escritores, premio que debe habérsele otorgado luego de demostrar que la entrega y disciplina a la tiranía está primero que su honestidad y conciencia, y que “contra la Revolución nada”. Pues que le aproveche.
En el futuro, la historia recogerá a todos por su actitud y aptitudes, y los situará en sus lugares ganados. La UNEAC traiciona a sus miembros, como en aquel acto cívico de las “mujeres contra la violencia”, cumpliendo la tarea que les ordena el oficialismo, y usando la sede ( infiriéndose) de sus creadores. Aquello no debió ocurrir y menos en la que se suponía que era la casa de todos los artistas, pero así lo pidieron Abel Prieto y sus secuaces.
Gracias Maestro, por demostrarnos siempre dónde está el arte bueno y honesto, y enseñarnos a comportarnos como hombres decentes. Usted, que ya está por derecho propio en la historia de la literatura de nuestro país, también se ha instalado en la historia de la Patria. Mi admiración cada día más inmensa, y el orgullo de considerarme su amigo.
Ángel Santiesteban-Prats
Prisión asentamiento de Lawton. Julio de 2014
*Nota de la Editora: Este post fue escrito por Ángel Santiesteban en la prisión asentamiento de Lawton en el mes de julio, antes de que estuviera en paradero desconocido y luego trasladado a la prisión en Jaimanitas donde lo tienen ahora aislado. Cumpliendo con su deseo de que su voz no sea silenciada ni estando preso, iré sacando a la luz los posts que ha ido enviando cuando aún tenía la posibilidad.
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