¿Qué harías con tu vida?
Esta es la eterna pregunta que todos nos hemos hecho alguna vez, o seguimos haciéndonos.
Alan Watts nos anima a replanteárnosla de esta forma: ¿Qué harías o qué serías, si el dinero no fuera tu propósito?
Puedes hacerte la misma pregunta de muchas maneras distintas, pero seguramente sólo habrá una respuesta. Aunque será difícil encontrarla probablemente. Y es que, de niños parece que lo tenemos todo muy claro, porque la vida nos espera por delante, en su totalidad, o eso creemos, pero ya sabemos que el tiempo es limitado incluso para los niños. Pero cuando lo somos, no nos damos cuenta de lo corta que es la vida y seguimos creyendo que todo será posible en el futuro.
Después, resulta que nos educan. Sí, hacia unas ideas preconcebidas por otros que, a su vez, educaron a los que nos educan a nosotros y entonces, todo cambia. La visión de futuro que teníamos antes desaparece, o es sustituida por una que algunos llaman “más realista”. Nos dicen que tenemos que tener los pies en el suelo, que hay que vivir, y nos lo creemos. Después crecemos, nos convertimos en adolescentes aún dependientes con mentes muy maleables y manejables. Somos un blanco fácil para la manipulación de los adultos que, dicho sea de paso, no han conseguido ser lo que querían ser de niños. Y empezamos a ser una copia de ellos, de los que nos precedieron, de los que ya no creen en sus sueños.
Crecemos más y dejamos que el tiempo pase, mientras estudiamos y nos preparamos para algo que no queríamos hacer ni ser. Es decir, hemos aprendido que el dinero es importante y como lo creemos, la vida nos devuelve esa creencia. Nos enamoramos, nos emparejamos, y tenemos familia. Y ahí parece empezar un nuevo ciclo de creencias aprendidas y transmitidas desde generaciones, sin que ninguno de nosotros sea capaz de romper ese círculo o esa cadena, diciendo: ¡Esperad, yo no quería esto! Y miramos con recelo a los pocos que sí se atreven a gritar y parar el círculo para salir de él. Y les admiramos y envidiamos, pero no les seguimos.
Parece imposible no pensar en el dinero hoy día, sin embargo, quizá sea este el mejor momento para no hacerlo, ya que es tan difícil de conseguir y de mantener para la mayoría de nosotros. Quizá este es el momento ideal para replantearse la vida, las cosas, los sueños…
¿Crees que podrías replantearte todo, ahora? Como dice la frase: “Ahora o nunca”. Nunca vas a ser tan joven como en este momento. El tiempo vuela y no nos damos cuenta de que vivimos la vida que nos enseñaron a vivir. Pero ¿es esta la vida que queremos vivir?
Según Alan Watts, cuando sus alumnos de universidad le preguntan acerca de sus dudas sobre aquello a lo que quieren dedicarse. El les contesta con ese pensamiento; Y si el dinero no importara… ¿Qué harías? ¿Qué serías? ¿Qué te haría feliz hacer? Como él dice, siempre habrá alguien a quien le interese lo que tú haces. Y realmente, me pregunto si es tan importante el dinero para todos nosotros, si todos somos iguales. El dinero me permitiría hacer unas cosas que ahora no puedo ni imaginar, seguramente. Pero entonces, no le estoy dando importancia al dinero, sino a la falta de él. Y esto me devuelve a la pregunta de Watts: Y si el dinero no me importara…Y me doy cuenta de que no importa mucho, si no lo tengo. Y tú, ¿qué harías si el dinero no fuera TU PROPÓSITO?
El vídeo que se muestra a continuación relata los consejos del profesor a sus alumnos, a los que recomienda seguir su vocación y hacer lo que les gusta, aunque no vean una salida clara a priori.
Según Watts, hacer lo que demanda el mercado o la sociedad, como sugirió en su día el ministro de Eduación, Jose Ignacio Wert, sólo lleva a la frustración y crea un círculo vicioso. Según el filósofo, hacer lo que a uno le gusta es garantía de éxito porque la tarea saldrá mejor y posibilidades de rentabilizarla saldrán de esa pasión.
La Red está llena de discursos de Watts, un hombre autodidacta, que dio clases sobre religión, moral o metafísica; llegó a ser pastor anglicano y publicó numerosos libros.
Adelante con el video y espero que resulte de tu interés.
Fuente: Piensa, es gratis.
C. Marco