Lecciones que nos da la Vida: Claves para Salir de tu Zona de Confort

 
"Dentro de veinte años, estarás más decepcionado por lo que no hiciste que por lo que hiciste". Mark Twain.
Estamos tan acostumbrados a nadar en la misma sopa que ya ni nos damos cuenta que todo cuanto nos sucede depende pura y exclusivamente de nosotros.
Sí. Dura verdad. A menudo colocamos el problema afuera: que el costo de vida, que el dinero no alcanza, que nuestras relaciones, que lo que no tenemos… y etc. Es una larga lista.

Hace varios días y, mientras voy explorando estos aspectos en el acompañamiento a mis clientes como Coach, me doy cuenta de un aspecto fundamental que nos mantiene atrapados y nadando en la misma sopa siempre: Nuestra Zona de Confort.
La zona de confort podría definirse como un espacio cómodo y seguro del cual nos alimentamos diariamente y que refuerza nuestros hábitos destructivos.

Cuando nos sentimos estancados en nuestras vidas, lamentablemente no es debido a las circunstancias que nos rodean sino a nuestra propia incapacidad de permitirnos brillar.
Y esta conclusión no es algo sacado de ninguna enciclopedia y estudio psicológico sino producto de mi experiencia personal y de las muchas personas con las que comparto mi trabajo.
¿Alguna vez te ha sucedido que te sientes poco valorado, poco querido, poco reconocido? Si es así, déjame preguntarte: ¿Qué has hecho para salir de ese espacio?
Si la respuesta es no recuerdo o nada, pues allí está el meollo de la cuestión: si no haces nada para cambiar tu presente y la percepción que otros tienen de tí, cómo pretendes que algo cambie?
Y así es como funciona la zona de confort. Ella nos ama tanto como nosotros a ella, porque es cómoda, cálida, agradable, pero a la vez estancadora y frustrante.
El ejemplo es como el de la madre que retiene a su lado a su hijo ya crecido proporcionándole todos los medios para que este no “sufra” en el mundo que vive: le cocina, le plancha, le lava, le da afecto. ¿Qué más puede necesitar este hombre? Aunque, tarde o temprano, se dará cuenta que está estancado, que los años pasan y no ha vivido su vida sino que se ha convertido en el alimento de un otro que a la vez tiene que ver consigo mismo, en este caso, la madre castradora.
Con este arquetipo que estoy utilizando hoy, quiero ilustrar el cómo funciona nuestra mente subconsciente muchas veces para no dejarnos crecer. La raiz de esto es el miedo. El miedo a lo nuevo, a lo desconocido, al sufrimiento, al dolor, a tomar contacto con viejas heridas no sanadas, etc.
Y, después de todo, quién dijo que sería fácil vivir? Vivir es sinónimo de acción, y eso lo sabemos desde que nacemos: el primer acto que realizamos y que nos facilita la supervivencia es la respiración. Y qué inconsciente que lo hemos hecho hasta ahora! Sin embargo, si no lo hiciéramos, nuestra vida acabaría.

Cada uno sabe cual es su propia zona de confort y esta puede ir desde un lugar físico hasta un estado mental, por ejemplo: un trabajo del que nos quejamos permanentemente y que no hacemos las acciones correspondientes para cambiar, una relación desgastada y en la que preferimos callar para no tener que sufrir por el dolor que nos causaría escuchar la verdad, etc.
Estas son las Claves:
- Toma de consciencia: La primera clave para salir de este espacio estanco es “darnos cuenta” o tomar consciencia. Si no vemos la realidad tal cual es seguiremos señalando hacia afuera. Para tomar consciencia debes dejar de culpar a otros o a las situaciones por lo que te sucede y ser honesto contigo mismo. Pregúntate: ¿Qué me trajo hasta aquí, hasta cómo estoy hoy?
- Determina los pro y los contras de estar donde estas: Efectivamente, no todo es blanco o negro. Hay aspectos positivos y negativos también. Lo positivo de lo negativo es que te hace tocar fondo y darte cuenta que debes cambiar. ¿Qué te ha hecho tocar fondo y qué te ha impulsado a resurgir?
- Acciona para el cambio: Cuando te das cuenta que es lo que te está impulsando a salir adelante, obtienes la fuerza para hacerlo, El qué es muy importante en esto. Así que enfócate en eso. Pregúntate:´¿qué acciones debo iniciar para acercar a mi vida lo que quiero?
- Proyéctate: Imagina qué resultados obtendrías si lograras lo que deseas. Visualízate en la situación, con las personas adecuadas, viviendo y disfrutando de tu propio logro. Pregúntate:¿Qué estás haciendo? ¿Cón quienes? ¿Dónde? ¿Cómo? ¿Cuándo?
- Obsérvate: Cuidado con las trampas!!! El autoboicot es una de las más comunes situaciones que nos impiden avanzar. Por ejemplo: no tengo tiempo! Justo me surgió algo que no pude dejar de hacer… Sucedió algo imprevisto! etc… Pregúntate: Si tuvieras que colocar nota a tu compromiso con tu cambio, de uno a 10, ¿qué nota te colocarías? Sé honesto. Recuerda que el primer beneficiado con este cambio serás tú mismo.
Así, estas son algunas de las ideas para evitar ser atrapado por nuestros viejos hábitos una y otra vez. Necesitamos romper viejas tendencias, atrevernos a derribar viejos muros, antiguas realidades.
En suma, darnos la oportunidad de SER y Merecer.
Atrévete a salir!!
Fuente: Su Evolución Coaching.