Lecciones que nos da la Vida: El arte de invertir en las Personas

Publicado el 01 octubre 2013 por Carlos Carlos L, Marco Ortega @carlosmarco22
 
El otro día estaba hablando con un amigo y me contaba que su situación económica fue arrebatada de manera inesperada por situaciones familiares, que tuvo que afrentar varios retos fuertes para sobresalir del problema. Su vida cambió de un instante al otro sin poder tomar cartas al asunto en ese instante.
Oí cada palabra que me decía y pude comprender perfectamente su situación.
Tiempo después, sentí la necesidad de ayudarlo de cualquiera manera posible, y fue así que le ofrecí darle uno de mis servicios de diseño a mitad de precio, que le pudiera dar presencia en línea con el fin de reactivar sus proyectos.
Lo que hice fue más allá de lo económico, y me di cuenta que realmente me gusta ayudar a las personas, con los pocos recursos que pueda ofrecer al momento. Fue algo que hice de corazón, y lo que único que buscaba era dar una pequeña satisfacción para que él mismo pudiera avanzar sólo. Fue una pequeña inversión, que me podrá dar dividendos más adelante, aunque tal vez no sean económicos, sino más bien, de mejores relaciones, conexiones, nuevos proyectos, o quien sabe, pero seguro será un retorno satisfactorio.
En mundo convencional que sólo se busca lo material, cada vez más me estoy dando cuenta que prefiero dar que obtener. Creo que lo intangible es lo más preciado que una persona se puede llevar, sea a través de experiencias, de saber que alguien que no conoces te contribuye o de estar unidos cuando las cosas se ponen mal.
Más que un acto de generosidad, se trata de dar a cambio, cómo una forma de contribuir a alguien que lo necesite o una manera de distribuir los recursos. Las inversiones, inclusive económicas, usan el factor de la esperanza, que es la clave para cualquier acción humanitaria, ya que se sabe que se recibe al final, pero la satisfacción queda en el acción que has hecho.
Por eso siempre he creído que una de las mejores inversiones que puedes hacer en la vida, es a lo que yo le llamo: el arte de invertir en las personas. Consiste en dar un poco de tu tiempo, dinero, o alma en alguien con menos recursos o posibilidades que tú. El retorno de inversión es mucho más grande de lo que uno espera, ya que las ganancias pueden ser muy satisfactorias.

En acciones:
Invertir en los demás puede llevarse a cabo de muchas maneras. Una de las maneras más fáciles de hacerlo es a través de creer en alguien, de apoyarlo incondicionalmente, o darle un empujón para que comience a encontrar su camino.
Esto lo vemos con muchos mentores que dan a conocer a alguien, en el cuál han puesto su confianza, y anunciarlo en su comunidad para poder empezar a lograr cosas increíbles por su propia cuenta.
Muchos ejemplos se pueden ver en las redes sociales, cuándo alguien comparte algún artículo, proyecto o noticia de alguien con menos difusión, porque aquel más afortunado invierte un poco de su tiempo en enseñarle a su pequeño ejército algo que vale la pena.
También existen varias organizaciones que buscan detener, aplazar o cancelar algún evento que afecte el curso de la sociedad, esto con una pequeña inversión de tu firma y un poco de fe para que impedir ideas erróneas. Tales organizaciones las puedes encontrar en línea, como Change.org o Avaaz.org, que llevan años haciendo varios cambios sustanciales que vale la pena remarcar. De hecho, una lectora me envió una petición que están formando en Change.org sobre los delitos contra la mujer, que puedes leer si te interesa participar.
Y no sólo del internet vive el hombre, ya que existen cientos de empresas sociales, inclusive gubernamentales, en las que puedas invertir un poco de tu tiempo para hacer un impacto. Empresas como AIESEC , que ayudan a recién egresados a invertir su tiempo en hacer impacto en diferentes zonas del mundo mediante emprendeurismo social, resolución de problemas sociales-culturales, entre otros métodos más.
En dinero:
Siempre he creído que el dinero es sólo una herramienta para cumplir algunas necesidades y no deberíamos estar obsesionados en obtener más, por que te puede llevar a perder calidad de vida sin darte cuenta. Una vez oí decir a una persona famosa que es difícil saber que te brinda felicidad, ya que la pobreza ni la riqueza han demostrado que son la solución.
Aunque no lo creas, si estás viviendo bajo un techo, con agua limpia y electricidad, eres más rico que el 40% de la población mundial. Las personas de bajos recursos, generalmente sufren la ausencia del valor más importante para mí: libertad. Éstas personas tienen menos opciones, que realmente debemos estar agradecidos por las oportunidades que tenemos, y por ello, es importante dar de vuelta.
Cuando se trata de organizaciones, personalmente me inclino más por las que no sólo piensan en recaudar dinero, ni que haya interés político o religioso, sino que realmente buscan reducir la pobreza, pretendan ayudar a las micro empresas o quieran mejorar la calidad de lugares con menos posibilidades.
Para invertir dinero, existen grandes iniciativas como Kiva.org, que después de un tiempo, te devuelve el 100% de tus aportaciones, por lo que puedes aportar y estar seguro que recibirás a cambio tu inversión.
Otro de los más sobresalientes, es Charity:Water, donde puedes recibir dinero el día de tu cumpleaños que será usado completamente para dar acceso al agua potable a los zonas más marginadas de África – tal vez use la plataforma para mi próximo cumpleaños.
Del otro lado de la moneda, puedes invertir tu dinero y esperanzas en cualquier micro-negocio, startup o proyecto que crees que tenga un futuro prometedor, en un acto de ganar-ganar, dónde no sólo ofreces tu dinero sino recibes a cambio algo cuándo el proyecto es fundado. Organizaciones internacionales como Kickstarter.com, o proyectos hispanos cómo Fondeadora.mx o Idea.me usan el método crowdfunding para que puedas invertir en personas que necesitan un impulso económico para hacer realidad sus sueños.
Ciertas advertencias:
Cualquiera que sea tu razón por la que quieras invertir en los demás, quiero que tengas claro las siguientes pequeñas letras de toda inversión, para evitar algunos malos ratos o inconformidades por las acciones que has llevado a cabo.
1. Debe venir de tu corazón:
Cualquiera inversión que valga la pena, tiene que haber sido hecha con tu pleno consentimiento. Que nazca de ti invertir en la persona, en la sociedad, o en los problemas que quieras resolver. Porque si lo haces de corazón, no pensarás mucho en el retorno, sino en el cambio que has logrado a través de un acto completamente autónomo.
Si te dejas llevar por equis razón y al final ves que las cosas no sucedieron como esperabas, podrías pasar un mal rato. Es por eso que las inversiones llevan el factor de la esperanza en su acción, lo cuál lo hace más emocionante y más factible de hacerlo por que realmente quieres apoyar.
2. El mejor regalo es el que nadie se entera más que tú:
Siempre he creído que los mejores actos de ayuda se dan sin la necesidad de que el otro se entere. Sucede que cuándo te concentras realmente en el objetivo de ayudar y no en la respuesta, podrás hacer un impacto mayor de lo que crees. No te preocupes que el Karma siempre está vigilando – tarde o temprano, te dará algo a cambio.
Muchos habrán oído el reciente caso de una excelente reportera y la presentadora de televisión, que no tiene ni caso mencionar, pero viene al caso para ejemplificar mi punto: buscar el consentimiento de un público para decir “que estás ayudando” se me hace un insulto hacia los demás. No estoy diciendo que sea malo que sepan que has hecho un acto noble, lo malo cae en el egocentrismo de querer que los demás vean lo que haces y perder el objetivo real de ayudar.
3. Una vez dado, déjalo ir:
Es fundamental que estés seguro a quién le depositas tu confianza, por que hay que comprender que una vez hecho el daño (o el arreglo en este caso), no hay marcha atrás. No deberías pasar angustias si ves que no las cosas sucedieron como esperabas o que el dinero no llego al lugar responsable, ya no está en tu poder.
Lo tuyo fue la acción, la esperanza y el deseo de hacer algo mejor, el que él otro no decida ocuparlo como se debe, es responsabilidad ajena – y si, el Karma también lo estará vigilando.
Invierte y recibirás a cambio:
Existen muchísimas formas de ayudar y no sólo tiene que ser dinero. Puedes prestar tu tiempo para hacer un impacto en tu localidad, cómo puedes crear una organización, puedes iniciar algún movimiento que mejore la calidad de cierto pequeño ejército que forjes, en fin, en el querer está el poder.
Y si quieres invertir un poco en los problemas que están sufriendo actualmente nuestras zonas territoriales de México, todavía hay mucho que hacer en el desastre natural ocasionado por la tormenta tropical Manuel y el huracán Ingrid. Karma Shop, una startup mexicana empezó una campaña en línea dónde puedes aportar lo que quieras y será donado completamente a la Cruz Roja Mexicana, por lo que estarás seguro que tu inversión será bien usada. Si quieres participar, haz clic en la imagen:
Recuerda que si haces esto, es porque realmente lo quieres hacer, porque quieres dar tu pequeño granito de arena en la reconstrucción de México, y ¡por que es mejor dar que recibir!
El caso es que opciones hay. Y muchas. Así que primero sigue tu corazonada, cree en el proyecto y empieza a invertir un poco de tu tiempo, dinero, espacio, o cualquiera cosa que puedas dar.
Nunca sabes lo que puedes recibir a cambio.
Fuente: Sergio Sala. Sé Leyenda.
C. Marco