Lecciones que nos da la Vida: Fé Ciega en poder conquistar el Everest

Por Carlos Carlos L, Marco Ortega @carlosmarco22
 Hace ya algunos años fui invitado a una conferencia en mi trabajo. Al final del evento trajeron al escenario a un increíble orador motivacional. Minutos antes de que saliera a la escena, el anfitrión comienza a introducir a este individuo:
“Queremos presentarles al que consideramos un héroe. Este hombre ha escalado la montaña más alta de cada continente, entre ellas están el Kilimanjaro, Monte McKinley, Aconcagua y el gran Monte Everest… Si Señoras y Señores – prosigue el anfitrión – ¡Éste hombre ha escalado la montaña más grande del mundo… El Monte Everest!”
Para ese momento yo estaba bien entusiasmado. A mí me apasiona la montaña y he escalado varios picos en los Andes. Que mejor manera de cerrar una conferencia que escuchando las experiencias de alguien que comparte tu pasión…. Aunque no estaba listo para lo que me iba a enfrentar…
Segundos más tarde sale al escenario Erik Weihenmayer.
Erik es ciego.

Erik nació con una extraña enfermedad que lo dejó completamente ciego a los 13 años. Él cuenta que un día lo llevaron a escalar una pequeña roca y se dio cuenta que sus manos podían ser sus ojos… Poco a poco logró escalarla y llegar a la cima de la misma.
Erik cuenta que desde que quedó ciego nunca pudo darle a una pelota otra vez, nunca pudo encestar un balón de baloncesto… esos juegos quedaron atrás… pero en el momento que pudo escalar esa roca se abrió ante él un mundo de infinitas posibilidades.

En el año 1995 Erik logra escalar el Monte Mckinley, uno de los más fríos del planeta.
En el año 1996 lleva la antorcha olímpica a través del estado de Phoenix.
En el año 1997 escala el Monte Kilimanjaro, el más alto de África.
En el año 1999 logra escalar el Aconcagua luego de dos intentos.
En el año 2001 escala el Vinson Massif. Ese mismo año escala el Monte Everest, el más alto del mundo.
En el 2002 logra hacer cumbre en el Elbrus y el Kosciusko.
También logra escalar rutas como “El Capitán”, entre otras…
En el año 2004, lideró una expedición de niños ciegos del Tíbet a través de los Himalayas. Éstos niños habían crecido bajo el desprecio de la sociedad. Erik fue la inspiración para estos muchachos donde les demostró que el hecho de que fueran ciegos podía ser una gran oportunidad. Los entrenó y los llevó a escalar por una de las rutas más hermosas del planeta.
En el año 2011, Erik compite en el programa “Expedición Imposible” contra múltiples equipos de atletas y profesionales (como policías, bomberos y militares) y terminó la competencia de segundo lugar siendo el único discapacitado por ser ciego.  
En su charla comentaba: “El mundo escribe tantas cosas como imposibles muy rápido, simplemente porque no hemos encontrado los sistemas para sobrellevar el reto de una forma distinta a la convencional. Yo creo que hay una línea borrosa entre lo que podemos hacer y lo que no… y no hay nada más emocionante que ser un pionero… atravesar esas líneas y derrumbar esas barreras que normalmente son concebidas en nuestras mentes.…Hubo un momento donde sentí que tenía las habilidades necesarias y la capacidad de subir en Monte Everest. Muchas personas se rieron, pero unos pocos creyeron y solo eso hizo falta. Nunca tuve temor al fracaso… he aprendido a lidiar con eso… pero si tuve mucho temor en cómo el mundo reaccionaría si fracasaba… A veces hay que tomar las expectativas de otros, tirarlas en la basura y alcanzar tu máximo potencial".
… Muchas personas dicen que suben a la cima de las montañas por la vista del paisaje. No creo que eso es verdad… es mentira… tu no sufres por 20 días o meses para poder observar una paisaje hermoso… muchas veces incluso llegas a la cima y sólo vez nubes a tu alrededor… Yo creo que una cumbre ni siquiera está en una montaña. Una cumbre es un símbolo. Es un símbolo de que con la fuerza de nuestras manos, nuestros cuerpos y nuestras almas podemos transformar nuestras vidas en un milagro… y cuando unimos nuestras manos con otros alrededor de nosotros, hacemos algo mucho mayor que transformar nuestras vidas, transformamos la faz de la tierra.
En ese momento sólo vino a mí un pensamiento: ¿Cuál es mi excusa?
Hoy te pregunto: ¿Cuál es tu excusa para no ir a buscar tus sueños? Fuente: Liderazgo Hoy. C. Marco