Cuando nos alejamos de nuestras características individuales como personas, cuando reafirmamos nuestra inseguridad acerca de lo que somos, cuando tratamos de ser como los demás, entonces estamos convirtiéndonos en modelos homologados de personas.
Nuestras metas, logros y sueños, sólo podrán ser alcanzados siendo un original de nosotros mismos, y no una copia ni un remedio de todos cuantos nos rodean.
Nuestra actitud puede fabricar las condiciones necesarias para que aflore nuestra exclusividad. No tener miedo a contradecir las normas, aprovechar las oportunidades aunque supongan asumir riesgos inapropiados, tomar decisiones sin consultar, pensar libremente y no conforme siempre a las normas establecidas: en definitiva VIVIR que no SOBREVIVIR, dependen de nuestra actitud.
Nacemos con sello de exclusividad pero con el paso de los años, la fuerte presión de la sociedad y una actitud debilitada, nos vamos convirtiendo en artículos de serie, y nos contentamos con pasar por la vida de una manera mediocre y corriente, por miedo a que siendo nosotros mismos, nos etiqueten de "extraños", "raros" o "diferentes".
No somos diferentes a los demás, porque los demás son diferentes a nosotros. Ser normal o diferente, sólo es un concepto imaginario. Cada uno es como es, pero no debemos de tener miedo a ser distintos del resto. Si somos clones, nada será emocionante, divertido, sorprendente, gratificante.
Ser únicos nos llevará en ocasiones a pagar un alto precio. En muchas situaciones tendremos que decidir ser valientes, pues una manera distinta y peculiar de ser y manifestarse, suele provocar desprecio.