Ponemos en el vaso la mantequilla y el aceite y programamos 2 Min, 100º, Vel 4.
Lo primero que vamos a hacer es poner la mitad de la leche en una olla con un trocito de canela en rama y las cáscaras de naranja y de limón, la mantequilla y el aceite de oliva. El resto de la leche la podemos dejar en el frigorífico. La ponemos a fuego medio y dejamos que casi comience a hervir. Aparta del fuego, tapamos la olla y dejamos que repose la leche unos 20 minutos aproximadamente, para que vaya tomando todos los sabores. Una vez pasado ese tiempo, quitamos la canela y las cáscaras de limón y de naranja. Colamos la mezcla a otra cacerola y ponemos el azúcar (la vainillada también), y la volvemos a calentar a fuego medio-bajo y mezclamos bien con unas varillas. Ponemos también las dos yemas de huevo y removemos. Con la leche fría (la otra mitad) disolvemos la harina y una vez la tengamos totalmente disuelta, la incorporamos a la olla de la leche caliente. A continuación, con las varillas, vamos a ir removiendo la mezcla todo el rato a fuego medio-bajo hasta que veamos que comienza a espesar. Hay que tener mucha paciencia en este paso. Podemos tardar entre 20 o 30 minutos, ya que el fuego estará suave y lo que queremos es que la harina se haga completamente y nuestra leche empiece a cuajar y si mueves la olla, la leche se separa de las paredes y no se mueve. Pero si ves que al pasar la varilla vuelve a cubrir el fondo, tendremos seguramente que ponerla más tiempo. Una vez que ya la tengamos espesa, cogemos un molde, que previamente habremos humedecido un poco.
Humedecemos un molde rectangular con un poco de agua y ponemos la mezcla. La dejamos enfriar. Podemos meterla, tras enfriar totalmente a temperatura ambiente, en la nevera toda la noche.
Las pasamos por la mezcla de canela y azúcar…..se pueden comer calientes o frías!!!!