Leche merengada. Receta para combatir el calor

Por Recetasdetiaalia

Hace años la leche merengada era la reina de los postres y se veía en las cartas de todos los restaurantes. Mis recuerdos de infancia están muy ligados a ella, algo que seguro os ocurre a muchos. Hoy en día, sin embargo, esta deliciosa y refrescante bebida ha perdido peso en favor de otros dulces más modernos como los brownies, las tartas de queso, los pasteles de manzana, etc. 
Todos ellos muy ricos, si, pero no más que la leche merengada. Algo tan nuestro y tan viejuno que hoy quiero reivindicar. Y no solo por ello, sino porque es una bebida tremendamente refrescante con la que combatir el calor en días como los que nos ha tocado vivir sufrir recientemente. Es una bebida-postre muy sencilla de preparar pero que hay que organizar con tiempo por eso de los tiempos de enfriado. Por lo demás, coser y cantar.

Ingredientes para seis personas


500 ml de leche, 60 g de azúcar blanco, 1 rama de canela, 1 limón, 3 claras de huevo, 20 g de azúcar glas y canela en polvo para decorar.

Preparación


Lavamos bien el limón, secamos y pelamos con un cuchillo bien afilado procurando que no queden restos blancos en la piel. Esta parte es amarga y nos puede estropear el resultado. Colocamos la piel del limón en una cacerola junto con la rama de canela, el azúcar y la leche. Calentamos al tiempo que removemos un poco para que se diluya el azúcar.
Justo antes de que arranque a hervir, retiramos la cacerola del fuego y dejamos enfriar la leche completamente. La colamos, desechando la piel de limón y la rama de canela, y la pasamos a un recipiente apto para el congelador donde la dejamos reposar un par de horas.

A las dos horas retiramos el recipiente del congelador y removemos. Volvemos a introducirlo en el congelador dos horas más. Unos minutos antes de que se cumpla el tiempo de congelado, preparamos un merengue. Para ello colocamos las claras en un recipiente hondo y batimos con unas varillas. Cuando comiencen a tomar cuerpo añadimos el azúcar glas al tiempo que continuamos batiendo.
Una vez formado nuestro merengue, sacamos la leche infusionada del congelador y lo añadimos, poco a poco, con movimientos envolventes para que no se bajen las claras. Cuando esté todo bien mezclado, repartimos la leche merengada en vasos, espolvoreamos con canela molida y servimos inmediatamente.

Degustación


El mejor momento para un vaso de leche merengada bien fresco es el de la merienda, acompañado de unas galletas, un trozo de bizcocho o similar. Aunque no lo parezca, es una bebida saciante así que mejor servirla en pequeñas cantidades.