Espectacular cerrar el año de esta manera, increíble poder ver y fotografiar a esta especie, pensar que hasta comienzos del 2016 solo había visto al Alilicucu y al Caburé, (que fueron la que me iniciaron en este camino de Lechucero).
Feliz por nuestras salidas de fotografía nocturna de aves llenas de Lechuzas y atajacaminos; buenos momentos y anécdotas que nos dejó este año que pasó, nuevamente con el amigo Nicolás pudimos fotografiar otra Lechu, en este caso aunque sabíamos donde se la podía ver y pasábamos por el lugar, no habíamos podido llegar, hasta que la fuimos a visitar y hoy mirando las fotos no puedo creer todas las especies que vimos, las fotos que logramos y todo lo que conocimos y aprendimos de estos místicos habitantes nocturnos.
Aprovecho para compartir un poco del conocimiento mbyá-guaraní de las aves y una de sus leyendas para conocer el porqué del rechazo de algunas personas hacia las lechuzas, alejemos las supersticiones y dejemos de decir que son de mal augurio, que daño le podría hacer a alguien un ave tan hermosa y tan útil para el hombre por alimentarse de roedores dainos para nosotros.
Según los guaraníes está clasificado como un “Kondo”, se lo denomina kondo chuinda. Cuando vuela cerca de tu casa y hace un ruido como ¡Ufff! Es que algo cayó en tu trampa y vas a venir cargado, te vas a cansar, como te avisa el chuinda. Pero cuando hace ruido de golpe de machete (un sonido metálico) quiere decir que alguien va a morir o que vienen noticias de otro lugar. Los paisanos explicaron que también se lo llama “ijetapapu” porque de noche, a veces, hace un sonido como de tijera al cortar, se dice que corta los cabellos del que va a morir, anuncia la muerte de alguien, una vez vino una epidemia de tos convulsa, cuando me desperté de noche escuché que estaba tocando el “jetapa”, y que iba de una casa a otra, entonces le pregunte a mi abuelo el significado y él dijo que estaba anunciando muerte. Antes, nosotros mbyá, cuando escuchábamos al chuinda haciendo eso nos mudábamos de lugar, si nos quedábamos era porque aceptábamos que podíamos perder a alguien de la familia. Esa vez que escuché el jetapa murieron cinco bebés.
Relato de un integrante de una de las comunidades visitadas por los autores del trabajo “El conocimiento mbyá-guaraní de las aves”.
Por causa de los mitos y leyendas las supersticiosas las creen de mal augurio y las hieren, he leído de un trabajo de Alejandro Bodrati y sus colaboradores, que al Atajacaminos coludo (Macropsalisforcipata), también los hieren con hondas, a pedradas y con otras armas, lo hacen porque las creen de mal augurio o atrae desgracias al confundirlas con el chistido habitual de la lechuza de campanario (Tyto alba), creen que lo hace el A. coludo cuando abre y cierra sus largas timoneras, como si fuera un potente tijeretazo. Según muchas personas esto traería desgracias creencia que se le atribuye igualmente a T. alba por su leyenda, que adjunto aquí.
La Leyenda:
Era una costurera joven que tenía siete hijos. No obstante la pobreza de su existencia, le agradaba sobremanera vestir lujosamente y lucir sus trajes en toda clase de fiestas y de reuniones.
Una noche, al regresar a su casa después de varias horas de alegría, recibió la enorme y desgarradora sorpresa de comprobar que todos sus hijos habían muerto de frío. Fue tanta su desesperación de madre, que agarró la tijera y comenzó a cortar las siete mortajas que necesitaba, casi sin darse cuenta de lo qué hacía. En eso estaba, cuando se fue transformando poco a poco en ave, el paso de un suindá por la vecindad de un hogar, imitando perfectamente el ruido característico de una tijera en acción, es tan temido por los supersticiosos, muy mala seña para una casa es oír el suindá por siete veces en el transcurso de una sola noche.
Fuente de la leyenda: http://corrientesesasi.webcindario.com/.
Espero les haya gustado mi nuevo aporte escrito para el Blog, saludo a los lectores atentamente.
Marcelo Javier Wioneczak