Lectura cómplice

Publicado el 04 enero 2017 por Alfredojramos
                                         
                                    (Esta «Lectura cómplice del día en curso» 
                                    es para Sagrario, que hoy cumple años cabales                                    y sigue siendo, también, mi mejor amiga.)


Ya no hay otra medida que tus ojos
y la risa o tristeza
con que juntos miramos
cómo el tiempo dibuja
la piel de la memoria,
con sus pliegues vividos,
mientras en el cristal del año en curso
—en esos sus semblantes plateados—
se vuelven de repente movedizas
las luces de la casa de los días
y entre ellas se levanta,
con su antiguo entusiasmo,
la llama doble o triple de la complicidad.

Y ya está todo dicho

                                   excepto todo
lo que nos quede por soñar
mientras logremos
zafarnos de la noche sin excusa
y se nos iluminen las miradas,
como en un libro de horas,
al recordar los juegos
de las dos legendarias criaturas
—reales como el sol que nos da vida
que se reconocieron y se amaron
entre los laberintos
del Palacio da Pena
                                   —tan vistoso—,
en la mañana aquella que aún no se ha acabado.

Sagrario Pinto en Sintra, hacia 1981. Foto © AJR

(Imagen superior) Gustav-Adolf Hennig: Reading Girl (1828)  Museum der bildenden Künste, Leipzig