Unos días sin ordenador. Un cargador estropeado, qué cosas. Un verano raro. Agridulce. Ausencias. Buena lectura ayer, la de Catalina Botero en El País, mientras yo estaba a punto de partir: el periodismo, siempre el periodismo. Y las dudas. Cuando uno fracasa tantas veces es posible que los culpables no sean siempre los otros. No me haga mucho caso desocupado lector. Es que hoy termina mi verano.