Continuamos con el repaso a algunos de los cómics más míticos de Batman recientemente reeditados por ECC en la colección Grandes Autores de Batman. Tras el legendario El Regreso del Caballero Oscuro, nos centramos en el no menos mítico Batman: Año Uno, con guión del propio Miller y magistral dibujo de David Mazzucchelli. Un fantástico punto de partida para las aventuras del cruzado enmascarado. Más información, a un click.
El origen del cruzado enmascarado fué revelado en el número 33 de la colección Detective Cómics (1939)
La primera entrega de esta serie sobre la colección Grandes Autores de Batman concluía planteando para la segunda entrega la lectura de los tomos que recopilan el trabajo del tándem Jeph Loeb/Tim Sale, con títulos como El Largo Halloween y su secuela Victoria Oscura. Sin embargo, la peculiaridad de que estas dos sagas tomen como punto de partida Batman: Año Uno hace que resulte necesario dedicarle, en primer lugar, esa prometida lectura al clásico de Frank Miller y David Mazzucchelli.
El rotundo éxito de El Regreso del Caballero Oscuro propició otro proyecto de Batman guionizado por Frank Miller. El autor neoyorkino desarrolló un guión a partir de las ideas que fueron surgiendo durante la creación del relato crepuscular del hombre murciélago, situándolo en el extremo opuesto: la época en la que daban comienzo sus aventuras. El editor Dennis O’ Neil impulsó este proyecto incluyéndolo dentro de la serie regular de Batman (y no como una serie limitada, como había sido El Regreso del Caballero Oscuro). La faceta artística correría de la mano de David Mazzucchelli (1960), quien ya había colaborado con el propio Dennis O ‘Neil y con Miller en una larga etapa como dibujante de la colección de Marvel Daredevil, que había finalizado en 1986 con el imprescindible Born Again. Planteado como un evento que establecía un nuevo punto de partida para los cómics de Batman, aglutinando los aspectos más consolidados de su mito fundacional y reescribiendo otros, Batman nº404, el primero de los cuatro comic-books que componen este arco, vio la luz en febrero de 1987.
La portada de Mazzucchelli para el primer número de “Año Uno” se ha convertido en la imagen icónica del nacimiento de Batman
Quién soy y cómo llegué a serlo
El trauma que da origen a la cruzada de Bruce Wayne contra el crimen estaba establecido desde la séptima entrega de las aventuras del hombre murciélago (Detective Cómics nº33, 1939). Bob Kane relataba, en un flashback de sólo dos páginas, el asesinato de los Wayne a manos de un atracador ante la horrorizada mirada del joven Bruce. Pocos días después, el millonario huérfano jura solemnemente consagrar su vida a combatir el crimen, para lo que se prepara durante los años siguientes entrenando su cuerpo y su mente. Con la fortuna familiar como respaldo, la idea de aterrorizar a los delincuentes, esa “calaña cobarde y supersticiosa”, se materializa con la providencial irrupción de un murciélago en el salón de Bruce Wayne, que decide entonces convertirse en el hombre murciélago.
El relato de Año Uno comienza antes de esa trascendental decisión, con la llegada a Gotham del otro personaje presente en los cómics de Batman desde su primer número, James Gordon. Gordon es un policía con un pasado militar que es trasladado desde Chicago como castigo por ciertos errores de los que poco sabemos, más allá del sentimiento de culpa que le genera haberlos cometido y tener que arrastrar en su penitencia a su joven esposa, Bárbara, embarazada de pocas semanas. Mientras, el joven y atractivo heredero Bruce Wayne vuelve a su ciudad natal tras doce años en el extranjero, ante la expectación de la prensa rosa. A lo largo de toda la obra, los primeros pasos de los dos luchadores contra el crimen de Gotham se narran de forma paralela, mientras se introducen otros personajes tan importantes como Harvey Dent (el fiscal del distrito que acabará convirtiéndose en el villano Dos Caras) o Catwoman. Compartiendo un mismo objetivo, la lucha contra el crimen, desde dos lados distintos de la ley, Wayne y Gordon superarán unos duros comienzos de los que saldrán con una reforzada determinación.
El primer capítulo se cierra con el flashback del asesinato de Thomas y Martha Wayne a la salida del cine con dos páginas icónicas en las que un malherido Bruce Wayne recuerda el fatídico día en que sus padres le llevaron al cine para ver La Marca del Zorro.
La escena de la irrupción del murciélago y la adopción de este animal nocturno como símbolo es mucho menos apacible que en la primera versión de Bob Kane.
Se declara la guerra
Mientras los actos heroicos de Gordon, al que la prensa encumbra rápidamente, comienzan a generar la incomodidad de sus corruptos superiores, Batman entra en escena con unos primeros enfrentamientos que muestran su inexperiencia, que compensa con su entrenamiento y sus diversos recursos (dardos con forma de murciélago, bombas de humo y una estudiada teatralidad).
James Gordon se encuentra con una situación compleja, en un departamento corrupto y con su esposa embarazada. En una ciudad sin esperanza, una extraña silueta es vista por primera vez saltando entre los tejados.
Comenzando por delincuentes comunes, el justiciero remonta el escalafón criminal hasta llegar a desafiar a algunos de los más insignes políticos y gángsters de Gotham, como Carmine “El Romano” Falcone o el comisario de policía Loeb, para quienes lleva a cabo una terrorífica presentación en sociedad.
La irrupción de Batman en una cena en casa del alcalde de Gotham, en la que comparten mantel el capo Carmine Falcone y el comisario Loeb será toda una declaración de intenciones.
El teniente Gordon, con la ayuda de la detective Sarah Essen, comienza la cacería del misterioso enmascarado. Sus primeras sospechas recaen en el ayudante del fiscal del distrito, Harvey Dent, conocido por llevar años detrás de “El Romano” a pesar de que la influencia del mafioso consigue desbaratar cada causa abierta contra los negocios de su familia. Gordon no está del todo desencaminado, pues Dent ya ha comenzado a colaborar en secreto con Batman.
Amanecer Oscuro
El tercer acto nos muestra a un Batman acorralado por la policía, que se emplea brutalmente intentando acabar con esa supuesta amenaza a instancias del comisario Loeb. Gordon, que ha sido testigo de la heroicidad del enmascarado, no puede evitar que su jefe lance una desproporcionada ofensiva destinada a zanjar drásticamente la amenaza del murciélago. Mientras sus sospechas comienzan a dirigirse al hombre más rico de Gotham, Bruce Wayne, su situación personal se complica cuando la relación con la detective Essen comienza a ir mucho más allá de lo profesional.
Un torturado James Gordon, abrumado por el peso de sus muchos errores, comienza a plantearse quiénes son sus verdaderos aliados
La Amistad Necesaria
La última entrega de Año Uno muestra la confluencia de ambas historias. Batman y Gordon, aliados naturales, comienzan una larga historia de colaboración en la lucha contra el crimen y amistad basada en la mutua admiración. Además presenciamos el primer encuentro entre Batman y Catwoman. La historia de Selina Kyle y su transformación en la felina ladrona de joyas se deja entrever a lo largo de toda la historia. Además se establece un paralelismo con los primeros días de Superman mediante unas sutiles menciones a “ese hombre volador que ha sido visto en Metrópolis”.
El relato de Año Uno nos presenta a Selina Kyle como una misteriosa prostituta dominatrix con entrenamiento en acrobacia y artes marciales que, inspirada por el aún mas misterioso Batman y su máscara, decide buscar fortuna escondida tras unas mallas y el seudónimo “Catwoman”
Las repercusiones de un cómic mítico
Año Uno se convirtió rápidamente en un hito en la historia de los cómics de Batman. El tratamiento humano y realista de los personajes, con un guión redondo que consigue hacer creíble el origen de un personaje tan improbable como Batman, se complementa con una narración precisa en su ritmo, que evita los efectismos para ganar en efectividad. En Año Uno Mazzucchelli consigue también lo improbable: dibujar con realismo y una tremenda expresividad simplificando la línea, encontrando un dibujo que podríamos definir como “puro”, respetuoso con la iconografía original del personaje, preciso viñeta a viñeta en el movimiento de los personajes, tanto en las dinámicas escenas de acción como en los momentos mas instrospectivos, y acertando siempre en la elección de las perspectivas.
A pesar de que la continuidad de la serie no terminó de respetar esta nueva versión del origen de Batman y se alejó en los siguientes años su tono crudo y realista, muchos trabajos posteriores entroncan argumentalmente con él, siendo especialmente destacables los guionizados por Ed Brubaker, El Hombre que Ríe y la serie Gotham Central, a parte de los ya mencionados El Largo Halloween y Victoria Oscura, de Loeb y Sale, de los que hablaremos en la próxima entrega de Lecturas desde La Parada.
“Año Uno” dio a este personaje clásico un peso y una dimensión humana nunca vistas. No nos resulta difícil reconocer en este Jim Gordon la versión que Gary Oldman encarna en la saga cinematográfica dirigida por Christopher Nolan.
Os esperamos la semana que viene, misma bat-hora, mismo bat-canal.
Raúl A. Astruga
Mercader de historietas en La Parada de los Cómics y miembro de la Asociación Cultural El Planeta de los Cómics.
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