Lecturas para Hermanocerdo

Publicado el 29 diciembre 2009 por Javiermoreno
Desde el portal Hermanocerdo me pidieron hace unos días una selección de lecturas del año que acaba. Partiendo de la dificultad inherente a recordar los libros que uno ha leído a lo largo del año (más de cincuenta y probablemente menos de cien) y asumiendo los olvidos (algo consubstancial en lo que a mí respecta), me atreví a enviar esta analecta, que no listado ni -mucho menos- ránking:
Me acuerdo de Zona, de Mathias Enard. Era como leer la Ilíada contada por un Odiseo del siglo XX.
Me acuerdo de Estoy desnudo y otros cuentos de Yasutaka Tsutsui. Me acuerdo de esa impresión que deja la ciencia ficción mezclada con Rabelais.
Me acuerdo de La voz a las tres de la madrugada, de Charles Simic (traducido por Martín López Vega), y de envidiarle al menos un par de docenas de poemas.
Me acuerdo de Aire nuestro, de Manuel Vilas, y de querer ser el Rey y que Manuel me cortase la cabeza e ir de ídem al Telepurgatorio.
Me acuerdo de Providence, de Juan Francisco Ferré, y de tener la impresión de que Juan Francisco le ha hecho algo a la literatura española, algo que todos estábamos deseando, que ha conseguido una especie de plusmarca nacional difícil de batir; y de que si yo fuera la literatura española invitaría a Juan Francisco a una copa de Bourbon y luego ya se vería.
Me acuerdo de Autorretrato, de Édouard Levé y de que el hecho de que el autor se suicidara me obligará a leer una vez tras otra sus pocas obras y de que los lectores deberíamos impedir de alguna manera que ciertos autores se suicidaran.