"Al escribir La Tribuna no quise hacer sátira política; la sátira es género que admito sin poderlo cultivar; sirvo poco o nada para el caso. Pero así como niego la intención satírica, no sé encubrir que en este libro, casi a pesar mío, entra un propósito que puede llamarse docente. Baste a disculparlo el declarar que nació del espectáculo mismo de las cosas, y vino a mí, sin ser llamado, por su propio impulso. Al artista que sólo aspiraba a retratar el aspecto pintoresco y característico de una capa social, se le presentó por añadidura la moraleja, y sería tan sistemático rechazarla como haberla buscado."Por eso creo que es tan necesaria la literatura, por cuanta sátira, crítica o invitación al noble arte de cuestionar se pueda desprender de lo escrito y lo leído. Sea de ficción o no una obra literaria, la capacidad de esta para hacernos afrontar la realidad va pareja a su trascendencia, tanto en el momento en el que esta fue escrita y llegó por primera vez a manos del público como a lo largo de los años posteriores. Paradójicamente, es el abstraerse de la realidad circundante para prestar toda la atención a lo leído lo que hace que el lector tenga todos los sentidos predispuestos a empaparse de la realidad que se desgaja de las páginas escritas por un escritor que igualmente tuvo que realizar un ejercicio de abstracción de su realidad para retratar esta en lo que dejó escrito. La literatura es necesaria, sí, como vehículo, como espejo, como compañero incómodo a veces, y esto es algo de lo que las lectoras del grupo Tarro-libros 2016 somos muy conscientes. Por eso repetimos iniciativa y tal como ya hicimos el año pasado recurrimos a los libros como modo de dejar patente una realidad, la todavía situación de inferioridad en la que las mujeres vivimos en la sociedad actual. Se acerca el día internacional de la mujer y las 'tarrolibreras', como no podía ser de otra manera, lo celebramos con nuestras propuestas de Lecturas para un 8 de marzo.
Se refiere doña Emilia Pardo Bazán en este extracto de su prólogo de su novela "La Tribuna" con el que abro la reseña de esta misma novela, a la sátira política que pueda desprenderse de la lectura de la misma. Escrita en 1883, "La Tribuna" tiene como contexto social y político, y en cierto modo también como protagonista, la revolución de 1868 y los acontecimientos posteriores que se sucedieron hasta la proclamación de la Primera República Española. Sátiras aparte, pues no es esta una novela satírica, sí podemos en cambio hacernos con ella una composición social de la época, especialmente de la situación de desigualdad entre sus distintas capas sociales, y por extensión también de la comprometida y delicada situación de las mujeres en las capas más bajas. Si era esta última primera intención de doña Emilia al acometer la escritura de su novela o fue un propósito docente que surgió con posterioridad, no es algo objeto de dilucidar en esta reseña. Personalmente tengo la sospecha de que defender la causa feminista no era un propósito para la ilustre escritora gallega, sino más bien algo inherente a su persona e indisoluble de su manera de sentir y pensar.
La figura de Emilia Pardo Bazán podría ocupar por sí sola esta entrada y aún me faltaría tiempo y espacio para hablar de ella no solo como escritora sino también como mujer. Su valía como mujer de letras (y no solo como novelista) es incuestionable aunque me temo que no justamente reconocida. Su conducta valiente y consecuente en el desarrollo de su vida personal, a la que reconozco me he acercado con motivo de esta propuesta, me ha dejado completamente fascinada. Confieso que en mi elección ha pesado tanto la lectura finalmente escogida como lo que representa para lo que con esta iniciativa pretendemos reivindicar la figura de su autora. He de ceñirme al guión sin embargo, aunque no sea más que por no hacer interminable mi participación, y centrarme en la novela. Para los que gustéis de conocer más íntimamente a doña Emilia y dispongáis de un ratillo que invertir en su compañía, os brindo al término de esta entrada la oportunidad en forma de vídeo documental.
Portada de La Tribuna
"La Tribuna" es considerada por muchos como la primera novela naturalista española pero no sería justo valorarla solo por esto. Es la primera también en la que aparece el proletariado como protagonista y para más inri el proletariado femenino. Buena parte de la acción trascurre en la fábrica de cigarros de Marineda, nombre con el que Pardo Bazán se refería en sus novelas a la ciudad de La Coruña. Su protagonista indiscutible es Amparo, a la que conocemos siendo apenas una niña despertando a la pubertad y de la que iremos siguiendo su evolución personal hasta convertirse en una joven mujer.Amparo es una adolescente que aunque tímida ya deja entrever su arrolladora personalidad. Siente las labores domésticas como una carga y anhela la libertad que le ofrece el bullicio de las calles. Su instrucción es mínima, como lo es la de sus coetáneas de su misma condición social ("había ido a la escuela en sus primeros años, años de relativa prosperidad para la familia, sucediéndole lo que a la mayor parte de las niñas pobres, que al poco tiempo se cansan sus padres de enviarlas y ellas de asistir, y se quedan sin más habilidad que la lectura, cuando son listas, y unos rudimentos de escritura"). Debía ser lista Amparo, pues conservó su habilidad para la lectura con la que deleitaría a su vecino el barbero y más tarde a sus compañeras cigarreras en la fábrica en la que entró a trabajar y en la que ya antes lo hiciera su madre.
No debemos olvidar que lo que hoy celebramos como el día internacional de la mujer surgió en su origen como el día internacional de la mujer trabajadora. Esta novela nos brinda una oportunidad magnífica para comprobar la importancia y necesidad para las mujeres del trabajo fuera del hogar. Es imprescindible para alcanzar la independencia y el desarrollo personal. Queda patente la influencia que sobre Amparo tuvo su incorporación al mundo laboral en frases como esta: "no tardó en encariñarse con la Fábrica, en sentir ese orgullo y apego inexplicables que infunde la colectividad y la asociación, la fraternidad del trabajo" u esta otra: "Otra causa para que Amparo se reconciliase del todo con la Fábrica, fue el hallarse en cierto modo emancipada y fuera de la patria potestad desde su ingreso."
Amparo, que ha dejado atrás la timidez de la niñez, es ahora una muchacha más segura de sí y también poseedora de la impetuosidad y cierta inconsciencia características de la juventud. Toma suyas las ansias de libertad e igualdad de los afines a la república cuyos artículos lee en los periódicos a sus compañeras, y con su vehemencia y pasión contagia sus ideas revolucionarias al resto de trabajadoras de la fábrica. Su ardiente involucración en política tanto dentro como fuera de su centro de trabajo, hace que se la empiece a conocer en toda Marineda con el sobrenombre de La Tribuna del pueblo. Por supuesto que tal intromisión en temas 'tan poco femeninos' no era por todos bien vista ("-¿La ve usted? -La veo. ¡Olé y qué guapa se pone todos los días, hombre! -Pero se me hace muy cargante con estas cosas políticas. Las mujeres no tienen más oficio que uno."), si bien es verdad por otra parte, que su condición de mujer trabajadora y por tanto independiente económicamente la hace merecedora de cierta consideración ("como no carecía de penetración y sabía que la muchacha era honrada, y orgullosa, y vivía de su trabajo, comprendió que no debía tratarla como a cualquier criatura abyecta, sino empezar mostrándole cierta deferencia y aun respeto").
Emilia Pardo Bazán retratada por Joaquín Vaamonde Cornide, 1896
Vivencias y decepciones sufridas apagarán en parte el carácter rebelde e indómito de nuestra heroína. Los amoríos con cierto señorito harán a Amparo nuevamente consciente de la desigualdad imperante en el mundo en el que vive. Pero ni siquiera las dificultades que tendrá que afrontar harán que se extinga su sed de justicia. Demostrará que es merecedora del apodo por el que se la conoce y encabezará una revuelta y amago de huelga en la fábrica de cigarros para defender sus derechos laborales y los de sus compañeras. La fraternidad y compañerismo femenino, eso de que se nos acusa a las mujeres tantas veces de ser incapaces de demostrar, estará presente a lo largo de toda la novela.Novela esta muy actual, no solo porque los temas que trata siguen vigentes más de un siglo después, sino porque he sentido su lectura muy contemporánea. Más que una novela escrita años ha, me ha llegado en muchos momentos como una historia ambientada en otra época histórica pero escrita en la actualidad. Supongo que ello es debido a la avanzada mentalidad de su autora. Mentalidad la suya que todavía es necesaria.
La brecha en cuanto al acceso a la educación entre hombre y mujeres parece que por fin se ha salvado, somos incluso más las mujeres que accedemos a la educación superior y la superamos con mejores calificaciones, pero la brecha laboral sin embargo continua insalvable. El mercado laboral actual es incierto y complicado para todos, cierto, e injusto para muchos, pero sigue siendo vergonzosa la comparativa entre hombres y mujeres trabajadores. A pesar de estar igualmente preparados las mujeres accedemos a peores puestos y en peores condiciones. Por otra parte, todavía está mal visto algunas veces que las mujeres opinen sobre determinados temas, aún más si lo hacen con seguridad y aplomo, términos estos que por lo visto son más definitorios de un varón. Pareciese que existiesen unos temas de opinión exclusivamente femeninos y otros masculinos. También en las relaciones de pareja, aunque afortunadamente han cambiado mucho las cosas (especialmente gracias a la incorporación de la mujer al mercado laboral), los roles heredados y predeterminados socialmente siguen causando mucho daño.
Parece pues que sigue siendo necesaria una tribuna del pueblo que con su elocuencia y sus dotes oratorias no nos permita bajar la guardia y nos aliente a perseverar en la consecución de nuestro objetivo, que no es otro que el reconocimiento en la práctica de la participación de la mujer, en pie de igualdad con el hombre, en la sociedad y en su desarrollo íntegro como persona. Parece que siguen siendo necesarias figuras que con su comportamiento y conducta nos inspiren, bien sean de ficción como es el caso de Amparo o reales como lo fue la propia Emilia Pardo Bazán. Y reivindico una vez más el papel inspirador de la literatura. Su papel acercándonos a la realidad, haciéndonosla comprender, analizar, causando el que nos hagamos preguntas y busquemos a la vez respuestas, y también, por qué no, invitándonos a volar, a soñar. No menospreciemos este último papel. Solo el que es capaz de imaginar un mundo mejor y más justo es capaz de trabajar y participar en su consecución. Solo el que es capaz de creer es capaz de crear. La primera barrera a derribar siempre está en nuestras mentes. Que no se os olvide, mujeres. No dejéis de volar. Sed las tribunas de vuestro futuro.
"En medio de la vulgaridad e insulsez de su vida diaria y de la monotonía del trabajo siempre idéntico a sí mismo, tales azares revolucionarios eran poesía, novela, aventura, espacio azul por donde volar con alas de oro."
1912-Tabaquera coruñesa. Fotografía de Jose Luis Cernadas Iglesias
Ficha del libro:Título: La Tribuna
Autor: Emilia Pardo Bazán
Editorial: Cátedra
Año de publicación: 2006
Nº de páginas: 272
Descarga gratuita aquí
(Nota: Los datos del libro que os dejo corresponden a una de las varias ediciones existentes en papel de esta novela. El enlace de descarga gratuita os redireccionará al Proyecto Gutemberg.)
Mujeres en la historia - Emilia Pardo Bazán (RTVE)
Sobre la iniciativa Lecturas para un 8 de marzo
Lecturas para un 8 de marzo es una iniciativa del grupo de lectores de facebook Tarro-libros 2016 que tiene como objetivo recomendar lecturas que tengan como protagonista a la mujer y su realidad. Las aportaciones de cada uno de los miembros que se hayan sumado a esta propuesta conjunta formarán parte de una entrada recopilatoria que se publicará el próximo 8 de marzo en el blog Carmen y amig@s.