1. Cien años de soledad, de Gabriel García Márquez: la maravillosa historia de los Buendía, una familia marcada por la soledad cuya vida se desarrolla en un pueblo imaginario, impregnada de elementos mágicos. Independientemente de que sea una saga familiar, cualquier amante de la literatura debería leer este libro. Una obra maestra.
2. La casa de los espíritus, de Isabel Allende: tres generaciones de grandes (y peculiares) mujeres, Clara, Blanca y Alba, acompañadas por el patriarca Esteban Trueba. Además de ser la mejor novela de la escritora chilena y uno de los referentes del realismo mágico, narra una historia en parte verídica, la de la familia de la autora (ella misma lo cuenta en sus libros de no ficción, como Paula). Me fascinó, y me parece injusto que a veces se la tache de copia de Cien años de soledad: pertenecen al mismo género, pero cada una cuenta su propio relato.
3. Espejo roto, de Mercè Rodoreda: un clásico de la literatura catalana, aunque bastante desconocido para los lectores de otros lugares. Nos traslada a la Barcelona de principios del siglo XX, al corazón de una familia acomodada cuya existencia está marcada por los secretos oscuros. La obra contiene muchos elementos simbólicos y hay escenas que permanecen en la memoria. Imprescindible.
4. La tía marquesa, de Simonetta Agnello Hornby: una familia de la aristocracia siciliana en el siglo XIX. La protagonista, Costanza, vive determinada por la tristeza desde su infancia y la relación con sus parientes no es buena. La elección de la ambientación me parece exquisita (la autora desciende de una familia aristócrata, así que conoce bien el tema) y disfruté mucho con la evolución del personaje. Merece la pena.
5. Habitaciones cerradas, de Care Santos: a partir de la figura de un pintor atormentado, Care Santos plasma una historia que combina pasado y presente y está llena de giros inesperados. Comparte con Espejo roto la familia burguesa y la recreación de Barcelona, pero en este caso el relato no es lineal, sino que mezcla fragmentos de diversos tipos de texto que al final encajan como un puzle. Muy bueno.
6. En el país de la nube blanca, de Sarah Lark: la vida de dos mujeres inglesas que en pleno siglo XIX viajan a Nueva Zelanda para casarse y allí nada resulta ser como esperaban. Entre los puntos fuertes de la saga, destaco su ambientación, el carácter pasional de los personajes, la introducción a la cultura de los maoríes y la facilidad de la lectura. La recomiendo especialmente a los amantes del romance y las aventuras.
7. Lo que sé de Vera Candida, de Véronique Ovaldé: una novela exquisita y evocadora, en la que destacan las tres generaciones de mujeres, Rose Bustamente, Violette y, sobre todo, Vera Candida. Las tres tienen en común el hecho de criar a su hija solas y no revelarle nunca el nombre del padre. La historia tiene tintes del realismo mágico hispanoamericano y la prosa me pareció una delicia. No creo que sea un libro para las masas, pero si os gusta este estilo os encantará.
8. Hija de la fortuna y Retrato en sepia, de Isabel Allende: el primero nos cuenta la vida de Eliza Sommers y Tao Chi'en, que llegaron a California en la época de la fiebre del oro. mientras que el segundo se centra en Aurora del Valle, su nieta. Ambas se mueven en el estilo del realismo mágico que la autora ya desplegó en La casa de los espíritus, aunque a mi parecer son un poco inferiores. Lo que más recuerdo de ellas es que, a pesar de que a ratos se me hicieron pesadas, me transmitieron un gran sentimiento. Se pueden leer de forma independiente.
9. Un secreto bien guardado, de Maureen Lee: dos tramas paralelas en pasado y presente que relatan, respectivamente, la vida de una joven en el Liverpool de la Segunda Guerra Mundial y el reencuentro de esta mujer con su hija veinte años después. El tema clave de la novela, ese secreto bien guardado, es el motivo por el que la madre fue encarcelada y separada de la niña. Una historia muy entrañable.
10. Los pilares de la tierra, de Ken Follet: Edad Media, una catedral en construcción, una abadía, un hombre trabajador, una mujer proscrita, malos malísimos y una bella historia de amor. A grandes rasgos, estos son los ingredientes del gran éxito de Ken Follet, una novela que no me gustó tanto como esperaba por el maniqueísmo de los personajes y otros detalles, aunque aun así le reconozco el mérito de ser entretenidísima.
Algunas que no me convencieron: Un dulce par de senos, Sweet Mandarin, La nieta de la maharaní, Dientes de leche...
Por último, os animo a comentar qué sagas familiares os han gustado para hacer más rico este listado de recomendaciones (sin enlaces a otras páginas, por favor). Mi propósito no es enumerar todas las novelas de este tipo que existen, sino solamente las que nos han hecho disfrutar; de este modo, quienes lleguen a esta página encontrarán un montón de buenas opciones.