Por otro lado, a pesar de que el género "de testimonios" no cuente con un gran número de seguidores, lo cierto es que en la narrativa se encuandran muchas novelas que lo son, como El puente invisible, que relata las vivencias de los abuelos de la autora durante la Segunda Guerra Mundial, o Las risas de mi hermano, sobre un chico que sufre una discapacidad psíquica, basado en el hermano de la escritora. Dada la gran cantidad de libros de este tipo que existen, en esta entrega de lecturas temáticas he decidido centrarme únicamente en los que recrean testimonios de mujer, desde experiencias trágicas a acontecimientos en lugares exóticos. Os hablaré de diez que me han gustado mucho; si queréis más, tomad nota de los títulos de esta colección (todos también se han publicado con editoriales con buena distribución, así que podéis encontrarlos en la librería).
1. No sin mi hija, de Betty Mahmoody: la terrible historia de una mujer que se quedó encerrada en Irán con su hija. Ahora que la recuerdo con el tiempo, tal vez lo que más me impactó fue que su marido se comportó con normalidad mientras vivían en Estados Unidos, pero al viajar a su país de origen dio un cambio que da miedo. También quiero destacar que Betty Mahmoody escribió el libro junto a un escritor, de modo que está bastante cuidado y resulta muy entretenido de leer.
2. Sultana, de Jean Sasson: el relato de las vivencias de una princesa saudí, que nos sirve para conocer la discriminación que sufre respecto de sus hermanos varones. Resulta muy interesante para descubrir la realidad del país y está contado de forma amena. Al igual que No sin mi hija, está mejor escrito de lo que cabría esperar porque Jean Sasson es una escritora que da voz al testimonio; no ha sido la sultana quien ha redactado esta obra.
3. Vida de una geisha, de Mineko Iwasaki: la biografía novelada de una verdadera geisha. Este libro tiene doble interés: por un lado, la experiencia de Iwasaki en sí, su aprendizaje para llegar a ser geisha y todo lo relativo al papel de estas mujeres en la sociedad japonesa; por el otro, la polémica que tuvo con Arthur Golden (autor de Memorias de una geisha) porque se inspiró en ella en su gran éxito y utilizó historias falsas. En el relato de Iwasaki se conoce la situación real de las geishas, sin adornos para hacerlo más atractivo para el lector.
4. Afortunada, de Alice Sebold: el testimonio de una violación y las consecuencias que este hecho tuvo en la vida de la joven. A pesar de no tener una gran prosa, esta historia me impactó mucho y consiguió hacerme llorar en el primer capítulo. Sebold ha publicado más libros y consiguió cierta fama con Desde mi cielo, pero para mi gusto Afortunada está mejor porque es realismo puro y tiene mucho más interés.
5. La hija del Ganges, de Asha Miró: la bonita historia del regreso de Asha, que fue adoptada por un matrimonio catalán, a su país natal (la India), donde espera reencontrarse con sus orígenes. El libro intercala el presente de ese viaje con fragmentos del diario de su madre adoptiva durante el proceso de adopción. Me pareció una obra preciosa, de esas que hay que releer y regalar, pues transmite mucho sentimiento.
6. La masai blanca, de Corinne Hofmann: el amor entre una mujer suiza y un masai. Ella lo dejó todo para vivir en Kenia junto a él, y en la novela se relatan todas esas experiencias. Aunque sabemos que finalmente regresó, resulta un testimonio muy interesante para conocer la cultura de esta tribu y el choque que supuso para ellos la incorporación de una blanca a su poblado.
7. Diario de una ninfómana, de Valérie Tasso: el diario de una mujer que habla de sexo sin tapujos, así me gusta definirlo a mí. Este libro ha recibido críticas muy duras, pero tengo que reconocer que lo disfruté: Valérie Tasso ha tenido una vida poco común y conocer las experiencias ajenas puede ser muy enriquecedor para aprender a ser más tolerantes. Eso sí, recomiendo afrontarlo como un diario, no como una novela erótica, pues si esperáis lo segundo tal vez os decepcionará.
8. El largo camino de Olga, de Yolanda Scheuber: el conmovedor relato de una niña que tuvo que huir de Rusia para instalarse definitivamente en Argentina. Además de las dificultades del proceso de adaptación a una tierra nueva, la situación fue todavía más crítica porque Olga se separó de sus padres y hermanos; solo se quedó con una hermana. Quien pone su historia por escrito es su nieta, la escritora de novela histórica Yolanda Scheuber (de la que también os recomiendo su biografía novelada de Juana I de Castilla).
9. El diario de Anna Frank: la terrible realidad de una familia que tuvo que esconderse durante el nazismo, contada desde el punto de vista de una niña que jamás imaginó que su diario se convertiría en lo que es hoy. Literariamente no es ninguna maravilla, pero este documento tiene un gran valor histórico y solo por eso merece la pena leerlo. A propósito de los niños y el nazismo, Cuando Hitler robó el conejo rosa también se puede incluir en este grupo de testimonios, aunque en esta ocasión la historia tuvo un final feliz.
10. Paula, de Isabel Allende: la aclamada escritora chilena recuerda aquí la trágica enfermedad de su hija Paula, que murió muy joven. A pesar de la dureza del relato, el tono lacrimógeno se compensa con otros recuerdos familiares y políticos, que hacen que los contenidos del libro sean más variados. Imprescindible para los fans de la autora y para cualquiera que se emocione con el amor de una madre.
Por último, al igual que hice en mis selecciones de infancias difíciles y sagas familiares, os invito a comentar cuáles son vuestras historias de testimonios de mujer favoritas (sin enlaces a otras páginas, por favor) para que los lectores que lleguen aquí en busca de ideas tengan muchas donde elegir. Y si no os gusta este género, comentadlo también. Cualquier aportación hace más rica la entrada, ya lo sabéis.