- cómo llevar a cabo la enseñanza de la lectura y escritura dando el poder de la palabra a los alumnos,
- confiando en su capacidad de crear un texto independientemenet de la fase de adquisición de la escritura en la que estén,
- el trabajo con el texto como unidad de significado,
- el planteamiento de las mismas propuestas para TODOS los niños y niñas esperando, respetando y alabando por igual, sus diferentes respuestas,
- la importancia del respeto al proceso evolutivo y de nuestra paciencia para proponer sin esperar respuestas cerradas e iguales,
- cómo trabajar con las familias para que entiendan y compartan este enfoque de enseñanza
- y nuestro papel estando alterta para rescatar situaciones del aula en las que leer y escribir puedan realizarse para comunicar de verdad.
Y bueno, hemos hecho ya alguna cosilla pero quizá la más grande fue rehacer el proceso de preparación del taller de brochetas de fruta.
Teniamos previsto que viniesen familiares para ayudarnos a hacer un desayuno saludable en el cole. Yo ya tenía hecha la receta que véis (y que podéis descargar en PDF pinchando aquí o en la imagen) y habíamos estableccido un día para salir a la calle a ver las tiendas y comprar todo lo necesario para el taller.
Y fui al curso y decidí que había muchas cosas que leer y escribir en la propuesta. Para empezar la receta nos la dejó Nuba, la mascota del método que usamos. Y, aguantándome las ganas de dar yo ninguna información ni mencionar la palabra "receta" comenzamos por lanzar ideas de lo que podía ser aquel papel y lo que ponía, en función de todos los conocimientos previos sobre textos que tenían los alumnos. En este caso era yo la que iba escribiendo lo que me decían, sirviendo así de modelo.
Una vez que concluimos que Nuba quería que pinchásemos fruta en un palito para comerla y que la nota nos explicaba cómo se hacía, preparamos entre todos la lista general de tareas a llevar a cabo.
Y después, la lista de lo que necesitábamos comprar el día que fuésemos de paseo a la calle. En este caso salieron los alumnos a escribir la lista de la compra. Pidiéndoles permiso, lo escribía yo al lado "a mi manera" para que entre su escrito y el mío, nos enterásemos bien de todo lo necesario.
Habíamos apuntado plátanos, mandarinas, peras y manzanas pero... ¿cuántas necesitábamos de cada una? La receta no nos daba pistas así que en este caso les plantee yo el problema. Isabel, mi compañera y yo habíamos pensado que en cada equipo (los niños y niñas están divididos en los equipos rojo, azul, amarillo y verde) comerían 2 piezas de cada fruta. ¿Cuántas de cada uno necesitaríamos en total, para todos los equipos? Era un problema difícil así que hicimos unos cartelitos de cada color y sobre ellos íbamos colocando unas frutitas de juguete que nos dejó la maestra Almudena. Tenían que contar hasta dos y después contar el total de cada tipo. Por último, debían apuntarlo en la lista, delante del nombre de cada fruta.
También apuntamos los platos y palos necesarios. Enseguida varios niños dijeron que como teníamos que tener uno cada uno necesitábamos 24.
En el rincón de lectoescritura escribimos cada uno nuestra propia lista de la compra para poder repetir la brocheta en casa. Como véis, convivimos con fases muy distintas del proceso de aprendizaje de la escritura.
El día antes de la salida debíamos repartir responsabilidades, así que fuimos apuntando las cosas que íbamos a tener que llevar desde el cole y las que tendríamos que traer de vuelta una vez hecha la compra. Después hicimos sorteos y los alumnos a los que les tocó alguna tarea, salieron a escribir su nombre en ella.
Por último, escribimos qué cosas podíamos hacer cuando estuviésemos en la calle y en las tiendas (también he aprendido en el curso que las normas deben ponerlas ellos y siempre enunciarlas en positivo) . Salieron los niños a apuntar cosas como: ir en fila, andar despacio, estar quietos dentro de las tiendas, agarrar fuerte las bolsas para no perder nada, cruzar por el paso de cebra, etc. En este caso no hice yo ninguna transcripción por falta de tiempo.
El día de la salida leimos la lista de tareas y responsables para recordarlo y repartir las cosas que teníamos que llevar. Les tuve que ir ayudando porque no eran capaces aún de leer las tareas. Algunos nombres escritos por los niños no son aún legibles y me hubiese gustado hacer más hincapié en ello para justificar por qué practicamos tantas veces la escritura de su nombre. No nos dio tiempo a más.
Dentro de la frutería, el niño que llevaba la lista de la compra la "leía" aunque tuvieron que ayudarle el resto con su memoria para pedir correctamente las frutas necesarias.
¡¡Por fin llegamos al aula!! No perdimos nada por el camino y casi ninguna fruta llegó golpeada.Así que al día siguiente recibimos a las familias para "cocinar" con ellas un desayuno sano.