Alguien que nunca quiso hacer de la disidencia una profesión.
Cuatro versos suyos para recordarnos lo que Eagleman necesita un libro maravilloso de trescientas páginas para explicarnos:
"El fin de la poesía es recordarnos / Cuán difícil es ser una sola persona, / Pues tenemos la casa abierta, no hay llaves en las puertas, / E invisibles huéspedes entran y salen a su gusto".
Milosz.
Uno de los nuestros.