Leer prensa

Publicado el 29 mayo 2017 por Jcromero

De alguna manera todos nos posicionamos, expresamos nuestro acuerdo o desacuerdo sobre cualquier tema de actualidad; incluso hay quien se atreve a sugerir soluciones para resolver la crisis universal. En realidad, hacemos como esos periodistas que opinan de todo, a favor o en contra, aunque no tengan datos, información ni conocimiento suficiente. Sin pretenderlo, fomentamos el simplismo de reducirlo todo: bueno o malo, derecha e izquierda, nacional o nacionalista. Actuamos como si ignorásemos que el pensamiento dual es un mecanismo de simplificación y encasillamiento, una estrategia para moldear autómatas dispuestos para responder a la señal dada.

Nuestra visión de la actualidad está condicionada por los medios de comunicación cuando reproducimos, con mayor o menor fidelidad, lo que ellos publican. Como consumidores de noticias, buscamos la información en aquellos que nos ofrecen alguna garantía y, de manera especial, en los que reafirman nuestro pensamiento.

Aunque, todos los grandes medios tengan parecido sesgo ideológico y nos ofrezcan sus consignas con la intención de que la traguemos sin masticar, hay que leer la prensa. Es cierto que, en algunos casos, no es preciso una lectura concienzuda para desenmascarar sus intenciones; basta con observar lo que publican y lo que silencian, ojear las fotografías que insertan, dar un vistazo a sus portadas o a sus titulares. En todo caso, pese a la ración diaria de manipulación y sabiendo que nos narran una realidad distorsionada, hay que leer la prensa. Podemos discrepar de los editoriales -opinión colectiva avalada por redactores, director y empresa-, pero queda el resto de periodistas y trabajadores del medio que pueden compartir o rechazar la línea argumentativa expuesta. Y, en todo caso, siempre hay hueco para un artículo brillante, una información veraz, una entrevista sugerente o una tira cómica que nos haga sonreír y pensar.

Conociendo la intencionalidad del mensaje que nos van a transmitir, nos corresponde a nosotros hacer una lectura escéptica, crítica; una lectura inteligente para detectar y rechazar sus trágalas. En esta tarea, internet nos ofrece una oportunidad para acercarnos al periodismo alternativo, para acceder a enfoques y argumentaciones contrapuestas.

Leer prensa es como leer una novela, un libro de historia o un ensayo. Ninguna lectura es aprovechable si no se sabe leer. En este sentido, saber leer significa comprender un texto, interpretar su significado, desentrañar sus intenciones. Para ello, además de distinguir lo esencial de lo accesorio, la información de la desinformación, resulta aconsejable conocer quién y qué intereses están detrás de lo que leemos. Saber leer es cribar, pensar y estar predispuesto a aprender, a conformar una opinión a partir de lo leído y, llegado el caso, estar abierto a cambiar nuestra percepción de las cosas.

No hay mejor opción que el uso de la reflexión como herramienta para sortear la manipulación mediática, política o cultural a la que estamos sometidos. ¿Hay que dejar de leer la prensa? Todo lo contrario, hay que leer, contrastar y pensar.

Escucho a Barry Harris, Bori Albero y Jimmy Castro: