Podríamos ahora pensar que leer dos o tres libros al día (no al mismo tiempo, lo cual produciría el efecto adverso) podría tener un efecto positivo en la capacidad retentiva, y es que más siempre es más mientras no te suponga menos, es decir, que si tienes todo ordenado y en su sitio, bienvenido sea un esfuerzo extra.
Para ello, es aconsejable que el repertorio bibliográfico esté formado por temas de diversa índole, heterogéneos entre sí, con el objetivo de no mezclar personajes e historias, al menos al principio, y posteriormente bajo supervisión del gusto de uno mismo.
Por lo tanto, a la hora de escoger la temática, la variedad es un gran aliado, como en la alimentación misma y los aires que se respiran. Es preferible fragmentar el tiempo de lectura y unirlo a la rutina, porque en la asiduidad y la perseverancia está el elixir de la vida misma, de la cual tú mismo eres el protagonista.