Me prometí, como propósito de año nuevo para el blog, leer mas clásicos. Porque el pasado siempre es una pista del futuro, o del presente, por eso los clásicos son buenos. Y he comenzado con El Gran Gatsby, según dicen por ahí: “el clásico menos clásico” pero a mi me vale.
La novela se ambienta en los años veinte, en Nueva York. Y para mi, mas que la historia del amor/obsesión de Gatsby por Daisy, lo que me gusto es como el autor pudo unir al final a los personajes que, de otra manera, ni siquiera se hubiesen conocido.
Los hechos que pasan en la historia nos los cuenta Nick Carraway, que es el narrador/testigo de todo, salvo algunas cosas que él no vivió, pero le contaron de primera mano.
Gatsby es el personaje central. Es un hombre que un buen dia llega, compra una mansión y comienza a hacer fiestas, fiestas donde la gente no es invitada sino que simplemente llegan, se aparecen y disfrutan. Porque Gatsby hace las fiestas para los demás, no para él. Por eso sabe quien es Gatsby exactamente, no saben de donde salio, ni de donde vino, quienes eran sus padres o familiares (porque en los años veinte, era importante el apellido, la familia y esas cosas) solo saben que tiene dinero hasta para regalar. Lo que no saben es la razón por la cual Gatsby hace esas fiestas, porque fue a parar a Nueva York, justo allí. Y Nick es parte importante de eso, porque es el primero a quien Gatsby leda una invitación a una de sus fiestas.
Creo que lo que llevo a Gatsby a su final, al final del libro, fue su ambición. Fue un niño ambicioso, un joven ambicioso y un hombre ambicioso. Siempre quiso mas de lo que de verdad podía tener. Y no me refiero a lo material, por porque en ese sentido logro tener mas de lo que pensó, sino en lo personal. Gatsby creía que podía volver al pasado y reescribir la historia desde el presente, por eso cuando volvió a ver a Daisy, pensó que podría borrar los 5 años que separaron de un plumazo, porque el es Gatsby, y la vida no es así.
La negociación de la realidad es lo que hace que pase todo lo que pasa, cuando Gatsby ve a su adorada Daisy casada con otro, con un tipo que es insufrible (porque si, Tom es i-m-p-o-s-i-b-l-e como personaje, es tan descarado y cínico que provoca golpearlo) Gatsby cree poder salvar a Daisy, y aunque ella lo quiere, es demasiado insegura para abandonar su vida perfecta.
Gatsby lo sabia, Daisy era una niña bien, una niña mimada que estaba destinada a casarse con un hombre que tuviese el poder adquisitivo, la posición, para mantenerla como una princesa. Y Gatsby creyó que podría volver a hacer todo bien. Como dice él mismo “No podemos repetir el pasado? Claro que podemos!” y esa idea absurda es la que da sentido a la historia de “amor” de Gatsby y Daisy.
Por supuesto que la novela nos da un vistazo, una idea de la sociedad norteamericana de aquella época: nuevos ricos que habían hecho su dinero ilegalmente, los estragos de la guerra, y sobre todo, como todo era mas ambicioso, como la gente quería mas: fiestas mas grandes, gente mas importante, y como los grandes ricos de siempre querían alejarse de esos nuevos ricos, pero bajo la mesa hacian negocios. El comienzo de la mafia, de los grandes magnates, de los Gangster.
también es una novela dramática, mas dramática que romántica.
Me gusto la forma de escribir del autor, es fluida y no muy complicada de seguir, aunque la novela es corta así que no hay mayor inconveniente con leerla.
Una muestra del amor de Gatsby, visto desde los ojos de Nick:
“No había dejado de mirar a Daisy ni un momento, y creo que volvió a calcular el valor de todo lo que había en la casa según la reacción que provocaba en sus ojos bienamados. Y, a veces, miraba sus posesiones como aturdido, como si ante la presencia material y prodigiosa de Daisy nada fuera ya real.”