Planet 86 es un libro de ciencia ficción muy ligero, sin pretensiones. Lo podemos clasificar como una space opera, en el que no hay crítica social, ni reflexión. Es un libro de acción pura y dura, y esto es lo mejor que se puede decir de este libro.
En general me ha gustado mucho, aunque no peca de original. Comenzamos con Falk, un periodista de la vieja escuela que se las sabe todas. Es casi un antiheroe, un hombre cansado, sin pasión, con un curriculum impresionante, pero sin ganas de continuar. Este hombre, llega al planeta 86 como corresponsal para cubrir un incidente sin importancia. Intenta indagar, pero los cauces oficiales le cierran las puertas y el bueno de Falk se lo toma como un desprecio, por lo que se decide a llegar al final del asunto.
En este universo, la humanidad ha comenzado a colonizar las estrellas, llevándose con ellos las viejas rencillas de la tierra. La guerra fría es un concepto que sigue existiendo, la rivalidad entre Estados unidos y Rusia, pero se mantiene latente gracias a la oficina de asentamiento, que rige que parte del pastel le toca a cada país. En esta tónica, Falk sospecha de un conflicto precisamente entre estos dos grandes países, pero por más que investiga no encuentra nada y llega a un callejón sin salida. Hasta este punto, el libro, además de ser un gran cliché es aburrido. Más de lo de siempre. Ciencia ficción de la mala, pero entonces, contacta con Falk el representante de una gran multinacional. Pronto descubren que tienen intereses comunes, ya que el bloqueo informátivo está pasando factura a la buena imagen de esta gran corporación. Se sabe que hay un conflicto, pero al no saberse nada más todos le echan las culpas a esta empresa.
Ante esta situación, la corporación ofrece a Falk la oportunidad de investigar introduciéndose en el cuerpo de un soldado al que van a destinar a la zona de conflicto. A partir de aquí, el libro da un giro completo. Hay acción, hay algo de intriga y se describe de una manera sencilla pero efectiva un planeta en vías de colonización. Estuve a punto de dejar de lado el libro antes de llegar a este punto, pero por suerte no lo hice. Es muy entretenido. Pasa de ser un libro plano y sin ningún interés a ser un libro de ciencia ficción bélica. Se describen las armas, las tácticas de combate y hay sangre. Mucha sangre a decir verdad. Pero además, no es un simple soldado, es un periodista, y como tal interpreta el conflicto e investiga, llegando hasta el fondo del asunto en un final, que le da sentido al libro, además de un toque de distinción que le hacía mucha falta.
Me he entretenido a horrores leyéndolo, Tampoco en esta segunda parte tiene un trasfondo filosófico, ni te aporta ninguna nueva idea, pero es trepidante, no tiene tiempos muertos y realmente, llega hasta a ser original ver la mezcla de un soldado y un periodista, y su actuación en un conflicto, en principio incomprensible.
En conclusión, si os gusta la ciencia ficción bélica, leeros este libro, si queréis pasar un buen rato, leeros este libro. Si por el contrario queréis un libro que os haga pensar, no os acerquéis siquiera. Es apto para pasar una tarde de lectura, pero poco más. Si te acercas a este libro con paciencia para leerte la primera parte, y no te esperas una gran historia, te gustará.
Orson López