La novelita empieza bien. Parece sacada de Alien, el octavo pasajero. Una nave transporta una caja que contiene un "monstruo" proveniente de una nube espacial que ha llegado a Venus. El lector no sabe qué es. El caso es que el monstruo vuelve locos a los hombres, no a las mujeres, y provoca el suicidio. De los tres tripulantes, uno ha caído bajo sus redes y está atado a su cama.
El resto de la novelita es previsible. Pierde la fuerza inicial. Brackett nos muestra una ciudad sumergida con una raza venusiana humanoide y pequeña. Ella actúa y se lleva a los hombrecillos. Nuestro protagonista, llamado Lundy, comienza su vida como el típico héroe de space opera: promesas a mujeres, rescates, peleas y triunfo final. La nota curiosa es la procedencia de Ella: una nube que llega a Venus, cuyos seres desconocen la muerte, y la encuentran en Venus.
Esperaba más, especialmente por un comienzo tan prometedor, pero se ha quedado en una aventurita de space opera, en capítulo cincuentero de "La dimensión desconocida".