Fecha: 3 abril 2014
Asistencia: 2.600 personas
Artistas Invitados: Los Zigarros
Precio: -
El jovial karaoke de Leiva en Madrid
No por previsible resulta menos impactante. Eso de que el cantante cante pero el griterío le solape siempre colapsa. Los aullidos previos ya indicaban el camino, pero las primeras estrofas de 'Los Cantantes' tuvieron un sentido último ciertamente inapelable con más de 2.000 personas dejándose las respectivas gargantas como si las estrellas de la velada fueran. Y Leiva, pues ahí, arqueando piernas y salivando ante el micrófono, pero bien podría estar contando un chiste malo, que ni sus músicos se hubieran enterado.
Y no relaja la cosa, no, cuando suenan 'Nunca Nadie', 'Todo lo que tu Quieras' y 'Cerca', e incluso va dementemente a más cuando José Miguel Conejo Torres invoca por primera vez a Pereza con la siempre lúbrica 'Animales', que definitivamente convierte La Riviera en una indomable casa de fieras mansamente salvajes. Y mayoritariamente femeninas.
La velada transcurre sin salirse ni un milímetro de la locura controlada que siempre es inherente al concepto de karaoke, ya sea en la intimidad o la colectividad con 'Mi Mejor Versión' y 'Palomas', justo antes de alcanzar un nuevo pico con 'Windsor'. Se constata de manera prístina que el cancionero de Pereza está más que vigente para la parroquia y que, además, convive de maravilla con los dos discos en solitario de Leiva, caballo ganador del rock español como pocos ahora mismo.
Huelga recordar que la de este jueves ha sido la primera de las cuatro veladas consecutivas con entradas agotadas en La Riviera madrileña, a 2.500 almas cándidas por sesión. Recitales dentro de la gira de presentación del segundo disco en solitario de Leiva, 'Pólvora', que ha sido bastante bien recibido y que tiene un par de clásicos instantáneos como 'Afuera en la Ciudad', por supuesto desgañitada hasta la faringitis crónica.
Sonando a ratos a M-Clan, otros a Calamaro, otros a los Stones (la pólvora no la descubre, no), lo cierto es que la Leiband es un ciclón sónico que zarandea con gusto y que fluye con naturalidad (apostando duro con vientos, teclados y demás) sobre un cancionero que al final es la clave de todo, más allá de estériles debates sobre identidades y géneros que poco o nada aportan. Pero una cosa sí se puede plantear por curiosa: la filiación rockera de Leiva no es la misma que la de su público, definitivamente nada rockero en su gran mayoría.
Pero eh, efectivamente este debate es estéril, porque es ridículo pensar en eso mientras el personal canta 'Pólvora' y enloquece como 'Como lo tienes tú', para después mantener la velocidad de crucero en la cuestionable 'Miedo', antes de que la euforia increíblemente suba aún más con 'Eme' y 'Superhermanas'.
En el centro del meollo hay un tipo de casi dos metros que lleva todo el concierto tratando de ganar una apuesta sin mover un músculo mientras su novia le corteja contoneándose incesantemente. Parecía que el muchacho lo tenía controlado pero, maldita sea, flaqueó y aplaudió una vez. A partir de ese momento ya nada será igual en su vida. Sucumbió ante ella e inclusó cantó el final 'Terriblemente Cruel', seguramente dedicándoselo a ella por haberle obligado a semejante tormento.
Pero no, hombre, no fastidies, la cosa estuvo de notable, la gente se divirtió y durante un rato se dejó de gilipolleces para entonar canciones que para ellos significan algo, cosas. Cantar, algo tan viejo como el mundo, pero que sigue manteniendo intacto ese efecto tan liberador como curativo. Que no nos falte nunca un karaoke para destrozar nuestras canciones y arrastrar nuestra dignidad.
Aaaaah y poooor cierto, Los Zigarros, los teloneros, esa gran banda que en su día abrieron para AC/DC cuando se hacían llamar Los Perros del Boogie (con cambios en la formación) y que ciertamente en directo confirman lo que es su disco: rock macarra, callejero, nocturno, frenético, bailón. Que tampoco nos falten bandas así para de nuevo arrastrar nuestra dignidad brindándole a la luna.