La historia cuenta la vida de la siempre libre e independiente Bathsheba Everdene (Carey Mulligan) que, tras rechazar la oferta de matrimonio del próspero, guapo, fornido, callado, guapo, educado, caballeroso, guapo, seguro de sí y guapo granjero Gabriel Oak, (Matthias Schoenaerts), hereda una enorme granja. Cuando Gabriel cae en desgracia, es contratado por ella como pastor.
La película transcurría y mi imaginación también: obviamente Bathsheba y Gabriel debían acabar juntos, pero en un momento dado, la historia se embrolló hasta tal punto que me hizo dudar de cómo llegaríamos al final esperado.
El desenlace estaba claro, pero la forma en que sucedió me hizo saltar las lágrimas bien entrada la madrugada ¡Qué preciosidad!
Esta película me hizo recordar las historias de mi querida Jane y al día siguiente tuve que ir como una posesa a comprarme el libro de Thomas Hardy.