Regreso al futuro y muchos otros productos culturales sobre viajes en el tiempo nos han enseñado que viajar al pasado casi nunca acaba bien. Tampoco al futuro. Lena y Karl (Every Anxius Wave en su idioma original), novela debut de la autora americana Mo Daviau, juega con los viajes en el tiempo, las confabulaciones del amor y una clase magistral de música indie-rock. Nuestro narrador será Karl, un ex guitarrista de una banda alternativa de culto en los 90 que en la actualidad, a sus cuarenta y pico tacos, regenta un bar en Chicago en el que llora sus penurias. Su nueva y desastrosa vida cambia cuando descubre un agujero de gusano en el armario de su casa.
Wayne, su amigo, le ayuda a estabilizar el portal y poder concretar a donde viajar. Como amante de la música decide montar un negocio redondo: ¿a qué concierto del pasado viajarías si tuvieras la oportunidad? Con una serie de reglas básicas (no tocar nada, no traer objetos y volver nada más terminar el espectáculo) monta su pequeña y bien remunerada empresa. Lo que ocurre es que un buen día Wayne tiene una mala idea. Una idea que todos podríamos tener. Un mal momento de lucidez. Se pregunta por el típico que pasaría si… y toma la decisión de usar el agujero de gusano para lo que él llama un bien mayor: salvar a Lennon de su muerte a manos de Chapman en 1980.
Cambiar el pasado nunca trae nada bueno. Los humanos siempre nos preguntamos cómo sería nuestra vida si no tomáramos las mismas y cruciales decisiones ¿Cómo afectarían esas alteraciones a nuestra línea de vida? Puede que corrigiéramos algunos hechos que consideramos errores, pero que también perdiéramos algunos buenos momentos de nuestra memoria vital. Nada de esto ocurre con Wayne. Karl, por un error ortotipográfico, lo envía al año 980. Para intentar rescatarlo solo se le ocurre buscar a una física. Y aquí entra en escena Lena, un chica rellenita y tatuada, amante de la música indie y con un pasado complicado.
Como bien sabemos, transitar por el tiempo sale mal en un alto porcentaje de ocasiones. O al menos, siempre tiene ciertas consecuencias. Lena y Karl se aventuran por una serie de viajes temporales para simplemente aprender cómo funcionan. Visitar a tu yo del pasado puede ser tentador, pero una mala idea. Lena y Karl se vuelve más una forma de volver a visitar el doloroso pasado de nuestros protagonistas que una divertida historia de viajes y rescates en el tiempo. Ambos personajes tienen pasados y corazones dañados que tratan de arreglar día tras día. Relaciones idealizadas, muertes, violaciones y los problemas laborales a los que se enfrenta una científica en su trabajo, son algunos de estas heridas que necesitan puntos de sutura.
"Cerré el portátil antes de que me llegaran peores noticias. He aquí por qué es preferible no hablar con nadie cuando viajas al pasado, Lena. Porque cambias el futuro, te entrometes en el ahora y eso es un marrón. "
Mo Davidau escribe con ritmo y aire escapista, sin grandes explicaciones ni tremendas paradojas científicas. Lena y Karl se sostienen si no nos planteamos su ciencia a modo estricto. Es una mera herramienta. Es una lección musical indie acompañada de un romance que se busca a lo largo del tiempo. Y también es una reflexión sobre la vida y las consecuencias de nuestras decisiones a la que le falta algo de peso por a la falta de profundidad y química como pareja de nuestros protagonistas. Los elementos oscuros y dramáticos se presentan en momentos que los personajes no se sienten nada sólidos, por lo que el impacto emocional no es tan considerable. Sigue siendo una lectura entretenida, de esos libros que tampoco apetece soltar, pero cuyo poso sentimental se siente menor al terminar.
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