Una modificación corporal extrema es cortar la lengua en dos, a la guisa de la fotografía que ilustra la entrada de hoy, y con el fin de asemejarse a una serpiente. No es lo mismo lengua bífida que viperina y aunque la imagen demuestra claramente que no se trata de Artur Mas, bien podría haberlo sido, después de dirigirse en catalán, español e inglés al respetable para que entendamos todos la singularidad catalana, que también consiste en hacer negocios con la familia Pujol, que anda liada con eso de las herencias, los legados o no se sabe muy bien qué. Afortunadamente quiero creer que la huida hacia delante de D. Arturo empieza a llegar a su fin, omo no puede ser de otro modo, salvo haber alcanzado un pacto innombrable debajo de la mesa con el gobierno central, que de todo hay en la viña del Señor; de momento podemos casi asegurar que si no se ha cortado aún la lengua, sigue teniendo algo de reptil. Y recuerden vds. el dicho de que las cumbres más elevadas son solo accesibles a las águilas y a las serpientes. Por algo será.