Llevar gafas cuándo se es un niño puede ser todo un problema, hay que andar con cuidado para que no se rompan y tenerlas muy presentes a la hora de correr, jugar, practicar deporte, ir al parque… Para un niño se convierten en toda una responsabilidad y muchas veces son causa de incomodidad en situaciones de su vida cotidiana.
Hoy en día los avances en el terreno de la oftalmología hacen que hayan surgido nuevos modelos de lentes de contacto o lentillas aptas para los niños, incluso para los más pequeños.
Les permiten realizar sus actividades diarias con comodidad, son prácticas y si se utilizan de forma adecuada no tienen que suponer ningún problema para el niño.
Las lentillas para niños no son iguales a las de los adultos
Para que esto sea así la lente de contacto debe respetar el desarrollo fisiológico del ojo del niño. No funciona igual que en los adultos, su ojo todavía está en desarrollo por lo que las lentillas que se coloquen deben asegurar la correcta oxigenación de la córnea así como la flexibilidad suficiente para asegurar la adecuada evolución de la vista.
Las lentillas desechables de hidrogel de silicona son las más adecuadas para los niños, e incluso para los adultos que deben llevarlas durante muchas horas seguidas. Su composición permite la mayor oxigenación de la córnea y el hecho de que sean más consistentes que las convencionales las hace aptas de ser manipuladas por los más pequeños.
En general se dice que cuando el niño es capaz de atarse los cordones puede empezar a ponerse lentillas, puede que los padres deban ayudarle en un principio o incluso ponérselas si es muy pequeño, pero será bueno que se familiarice cuanto antes con su uso y se haga responsable de las mismas, sobre todo si las tiene que llevar de forma habitual.
Cuidado diario de las lentillas
Dentro de los cuidados que se deben tener con las lentillas y los niños es muy importante seguir las instrucciones del óptico al pie de la letra. Los adultos en ocasiones prolongan la vida útil de sus lentillas mucho más de lo indicado, esto es algo que no se debe hacer con los niños, si son semanales o diarias se deben retirar cuando indique el plazo. Hay que ser constante también con la higiene y la limpieza de las lentes utilizando siempre para ello los productos indicados por el profesional.
Si no existen contraindicaciones y el niño puede utilizar lentes de contacto sin problemas, su uso supondrá una mejora sustancial para su calidad de vida. No tener que estar pendiente de las gafas, ni expuesto a sufrir algún percance con ellas, poder practicar deporte sin preocuparse, jugar con sus amigos e incluso olvidarse de los posibles problemas estéticos que las gafas le puedan acarrear.
Para estar libres de dudas ante la posibilidad de que el niño lleve lentillas lo mejor será siempre consultar con el especialista. Pero también habrá que tener muy en cuenta como es el niño en cuestión, su grado de responsabilidad o si es más o menos despistado o cuidadoso, ya que en el uso de las lentillas esto será tan importante como el que pueda llevarlas sin problemas.