Fue una semana de despropósitos. Primero porque en un homenaje a la España profunda de Machado y al "vuelva usted mañana" de Larra los miembros del TAD no pudieron reunirse porque era festivo y tenían desconectados los móviles. Un esperpento impropio de un deporte que mueve miles de millones y que sigue en manos de unos cuantos amigos, ex socios del Madrid en algun caso, que cuando tienen que decidir les pilla mal, que el fin de semana está para disfrutar, o como mucho para ir al palco del Bernabéu a ver si sale algo interesante.
Y los madridistas acabaron quejándose de la expulsión de Ramos, lo que demuestra que se creen impunes. Cuando entras de esa forma como el de Camas, con los pies a la altura de los tobillos rivales, y te quejas, es que se ha instalado en ti una sensación de impunidad, tal vez acostumbrado a que lo haces cada semana y nadie dice nada.
El Barça en la única falta que hizo Umtiti se llevó la amarilla, mientras los blancos campaban a sus anchas, mirando retadores a los rivales, amenazando con seguir pegando, hasta que a Hernández Hernández debieron decirle que acabaría alguien en el hospital, y decidió aplicar el reglamento y Ramos fue a la calle.
La liga ha ganado en emoción, aunque el Real Madrid sigue siendo favorito porque depende de sí mismo, pero al menos, las 6 jornadas que les quedan, deberán poner toda la carne en el asador, y puede que la semifinal de Champions, con la terrible baja de Kassai, les haga dudar en liga y podamos aprovecharlo.
Aun así, que el triunfo no nos haga perder la perspectiva. Este equipo sigue siendo frágil detrás, y el gol de James deberia hacer reflexionar a alguno, más acostumbrado a protestar en prensa que a correr en defensa, y ha de hacernos analizar para el año que viene. Seguir jugando con este sistema, con una defensa blandita incapaz de hacer una falta táctica, dependiendo siempre de la genialidad de Leo, es jugar a la ruleta rusa. Y en la Champions nos salió la bala que nos dejó en la calle.
Pero del triunfo de ayer hay que disfrutar, aunque al final pueda no servir de mucho. De momento ha hecho saltar las alarmas en el Bernabeu, y deben de estar preparando la campaña de insultos desde la prensa y emisoras amigas(que son casi todas).
Quedan 5 jornadas y habrá que ganar los 5 partidos por si acaso los blancos vuelven a tropezar, pero no parece fácil.
Ahora echaremos la vista atrás y recordaremos los pinchazos ante el Alavés, los del Málaga, y el del Depor, que nos hubieran dado el título por méritos.
Y nos acordaremos de ese gol que en terreno del Betis nos negaron, precisamente el árbitro de ayer, y sus ayudantes, o del penalti en Villarreal que Bruno cometió lanzándose a blocar un gol seguro.
Vendrán tiempos en los que la tecnología impedirá las tropelías de siempre, y para esos tiempos hemos de estar muy preparados.
Y mientras esperemos que Leo siga cogiendo, cuando haga falta, su fusil.