Otro año, otro octubre y otro #LeoAutorasOct. Aunque esta iniciativa recién está en su segunda edición, pareciera que la era digital me distorsiona un poco los tiempos y me hace sentir que fuesen más los octubres de leer a autoras. #LeoAutorasOct nació, como otras grandes cosas del internet, gracias a twitter. Allí, un grupo de chicas notó la desigualdad entre el número de hombres y mujeres que leían durante el año y se propusieron leer solo a escritoras en octubre. Una vez empezó la bulla en redes se fueron uniendo más lectores, creadores de contenido, bibliotecas, librerías y editoriales.
El objetivo: difundir, comentar, compartir y descubrir obras de todos los géneros escritas por autoras de distintas épocas y nacionalidades. Nunca he podido seguir un to be read al pie de la letra, pero disfruté del ejercicio de pasearme por mi cuarto contemplando todos los libros escritos por mujeres que tengo y todavía no he podido leer (si por "disfrutar" se entiende, en millennial, sentirse miserable). A continuación, algunos títulos que me gustaría me acompañen durante el mes.
Empecemos por las conocidas. Últimos testigos es el último libro traducido de Svetlana Alexiévich (Bielorrusia, 1948), la primera periodista en haber ganado el Premio Nobel de Literatura. En 2016 tuve la oportunidad de leerla por primera vez en La guerra no tiene rostro de mujer y se convirtió instantáneamente en uno de mis libros favoritos. Cuando lo recomiendo me sucede una cosa rarísima de sentirlo, por más que el tiempo pase, muy presente en mí, todavía con la impresión de no querer creerme todo el horror leído. Lo de esta mujer para retratar el sufrimiento humano es brutal.
Últimos testigos sigue la línea marcada por Alexiévich en La guerra no tiene rostro de mujer, Los muchachos de zinc y Voces de Chernobil: darle la voz a quienes no la tuvieron . En este caso, a los huérfanos de Bielorrusia que dejó la Segunda Guerra Mundial *aparece un sello de "sufrimiento garantizado"*. A finales de los ochenta, Alexiévich entrevistó a los protagonistas de esta historia y sus testimonios componen una perspectiva necesaria sobre una de las mayores tragedias de la historia.
Otra autora que ya he podido leer es a la fantástica Vivian Gornick (Estados Unidos, 1935) en Apegos feroces, otro de mis libros favoritos. La mujer singular y la ciudad es una suerte de segunda parte del libro antes mencionado y con que sea la mitad de bueno que su predecesor me daré por satisfecha. Ambos libros suponen las memorias de la autora concentradas en su relación con su madre. Encontré Apegos feroces (por cierto, qué buen título) fascinante: me encantó lo intimista de la narración, la contradicción que encerraba la relación madre - hija, el análisis de la mujer en la sociedad, en fin. Definitivamente, mi lectura más urgente de la lista.
Hay quienes se animan a catalogar Lo que más me gusta son los monstruos como "la mejor novela gráfica de los últimos diez años", pero tampoco hay que irnos en feeling, por lo menos por ahora. Emil Ferris (Estados Unidos, 1962) ha llegado con fuerza al panorama mundial de la novela gráfica y su primer libro se ha alzado, indiscutiblemente, como el lanzamiento del año. Que se hiciera con el Eisner (que equivale a los Premios Óscar de la novela gráfica) a Mejor Álbum Gráfico solo reafirma los buenos comentarios que cosechó a lo largo del año.
Esta novela es el diario gráfico de Karen Reyes, una niña apasionada por las películas de terror de serie B y la iconografía pulp. El Chicago de finales de los sesenta se distorsiona bajo su mirada. Ella deja de ser una niña para convertirse en una niña-lobo detective y el asesinato de una vecina suya se vuelve su caso a resolver. Este juego entre la realidad y los monstruos de Karen parte de allí para tocar a posteriori temas como la guerra de Vietnam, las dinámicas familiares y la soledad.
Procrastinando en twitter, para variar, llegué a una breve nota sobre Anna Ajmátova (Rusia, 1889). En esta se narraban, muy a grandes rasgos, las consecuencias que tuvo en la vida de la poeta la revolución rusa de 1917. Su primer marido, el también poeta Nikolái Gumilov, fue acusado de conspiración y fusilado. Muchos de sus amigos poetas fueron enviados a gulags estalinianos a ser condenados o a vivir en el exilio. Sin embargo, el golpe más duro llegaría con el arresto de su hijo Lev y posterior deportación a Siberia. Aunque fue liberado con el paso de los años, lo volvieron a encarcelar y Ajmátova hizo cola todas las mañanas ante la cárcel de Leningrado para saber si seguía con vida.
Es de esta escena cotidiana y dolorosa, la espera afuera de la cárcel, de donde nace Réquiem, uno de los poemas más importantes de la autora y que está incluido en esta recopilación. Mención aparte merece la edición del poemario, que es parte de la colección Poesía portátil de Literatura Random House. Buen precio, diseños amazing, formato diferente, autores bien seleccionados; todos los checks del wishlist marcados.
De Agatha Christie lo único que he leído es un texto protagonizado por ella misma y concierne a su breve desaparición en 1926, me parece que en uno de los libro de Santiago Posteguillo sobre literatura. Si gustan de anécdotas curiosas sobre autores o novelas, se les hará conocida la historia. De las autoras que leeré este octubre es ella la más conocida y no necesita ninguna presentación por mi parte. He leído desde hace años comentarios fantásticos de diferentes novelas suyas y que la reeditaran (por fin) en bolsillo fue el empujón definitivo a animarme a leerla.
También he estado leyendo un par de cuentos de Anna Starobinets y Jhumpa Lahiri, y ando muy tentada a releer, esta vez en su lenguaje original, We have always lived in the castle de Shirley Jackson. No tomo esta lista como unos estrictos pasos a seguir, así que intentaré estar más activa en redes (no es mi fuerte) para comentarles mis lecturas, recomendaciones y descubrimientos, que los habrá. Si todo sale como planeo (no suele suceder), habrá un nuevo post cada lunes de octubre. Los leo :)responder