Basta una leída rápida por este blog para notar mi amor por los libros ilustrados y, dando una mirada por la estantería en la que tengo estos libros, me di cuenta que la mayoría de ellos estaban ilustrados por hombres. De ahí nació la idea de este post, mi mínima contribución esta amalgama de contenidos creados a partir del #LeoAutorasOct.
Hoy no pensé en compartirles a mis ilustradoras favoritas (queda pendiente), sino que se me vinieron a la mente tres que descubrí este año, disfruté de su trabajo editorial y de las que desde ya me declaro fan.
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Supe del nombre Helena Pérez-García hace unos meses gracias a instagram (esta social no deja de recomendarme seguir a gente talentosísima). Lo primero que pensé al ver su trabajo fue en el Retrato de Giovanni Arnolfini y su esposa (Jan van Eyck,1434), un cuadro que me fascina, y a partir de ese vínculo me es inevitable distanciar el trabajo de Pérez-García de la pintura gótica de Flandes, pero ahí no quedan las relaciones mentales que armé. Por dar un ejemplo, creo que es imposible toparse con esta ilustración y no ver la clara alusión a Las tres gracias de Rubens, por lo que su arte me da también vibras del barroco del siglo XVII.
El trabajo de Helena Pérez-García equivale entonces al best of both worlds que nos cantó Hannah Montana en su momento: la escuela del canon clásico bajo una mirada moderna. Un matrimonio perfecto. El equipo de Lumen no lo pasó por alto y por ello pensaron que sería ideal para ilustrar la necesaria reedición de Orlando, uno de los libros más celebrados de Virginia Wolf. En este clásico se narra a modo de parodia de biografía la vida de Orlando, un joven aristócrata que después de un largo sueño se despierta convertido en mujer.
Este libro tomó los elementos usados comúnmente en biografías del período victoriano para darle una vuelta de tuerca y escribir sobre la homosexualidad o el rol de la mujer en la sociedad. Tal y como Pérez-García, tomó claves clásicas para crear algo completamente nuevo. Esta edición no solo rescata un clasicazo, sino que pone en vitrina el maravilloso trabajo de una joven ilustradora de la que, estoy segura, todavía veremos mucho más.
Encontrar La librería voladora de Franklin en la última edición de la FILfue una sorpresa. Me considero de esas lectoras maniáticas que están al tanto de cuándo y qué editorial traduce los lanzamientos de su interés, y esta edición en español por parte de Blume estaba fuera de mi mapa. A diferencia de Orlando, este cuentito es un libro álbum (por si les interesa, mi post sobre las diferencias entre los libros ilustrados y libros álbum aquí) en el que la ilustradora ha trabajado a la par con la escritora.
La librería voladora de Franklin se trata de un adorable dragón que desea compartir con alguien su amor por la lectura, pero atemoriza a quienes se le acerca. Es un libro muy tierno que le da cierto calorcito al corazón (sobre todo al de un lector) y las ilustraciones son perfectas para ello. Katie Harnett tiene un estilo muy naif en el que los trazos irregulares parecen estar pintados con lápices de colores y por diferentes manos. Es interesante cómo la ilustradora juega con algunas proporciones de modo tal que infantiliza su trabajo, pero todo en la justa medida que distancia lo intencional del error.
Basta conocer la sinopsis de este libro álbum y ver las ilustraciones para saber que el tándem Harnett-Campbell es un dream team. La paleta de colores, el juego de texturas entre lápices y acuarelas, la ternura que rebosa cada página, la delicadeza de los trazos; cada detalle de este libro abraza un poquito al lector y lo hace querer creer que los dragones existen (y claramente no dragones cualquiera, sino dragones amantes de la lectura con bibliotecas voladoras en sus lomos).
Supe del trabajo de la maravillosa Kelsey Oseid gracias a una de las mejores libreras ever, la siamesa de siam (acabo de stalkearla y parece que lo tiene nuevamente en stock, ya saben qué hacer). A primera vista, Lo que cuentan las estrellas puede parecer un libro ilustrado ambientado en el espacio, pero lo que sus páginas esconden no es otra cosa que una investigación ilustrada sobre el cosmos. Oseid ha llevado el multitasking a otro nivel: se ha encargado enteramente del arte, de la investigación científica e histórica y la redacción del libro. Y todo lo hace de manera espectacular.
Cada mínimo detalle de la edición está cuidadísimo, incluso el juego entre el título y el hecho que todas las páginas mantengan patrones de galaxia (literalmente estamos leyendo lo que cuentan las estrellas). Este libro es un recorrido por las concepciones del universo de los primeros astrónomos, las creencias de antiguas culturas, la explicación científica de fenómenos celestes y más enigmas que esconde la galaxia. Sinceramente, no se me ocurre ningún otro libro como Lo que cuentan las estrellas.
El arte de Kelsey Oseid merece un párrafo aparte, desde las tipografías usadas (muy a mano alzada) hasta las ilustraciones más ambiciosas, cada página es una preciosidad. La información de los textos de, por ejemplo, las constelaciones o los planetas, va acompañada de ilustraciones que no puedes más que desear ampliar para poner en tu habitación. Aunque gran parte del libro se mueve en paletas azules, en algunas páginas Oseid rompe con esa monotonía gracias a pinceladas de colores más potentes que amplían la curiosidad de cualquiera por saber más del universo.
Intenté seleccionar libros muy distintos entre sí (clásico, no ficción e infantil) y estoy contenta con el balance de mis recomendaciones, pero siento la ausencia de alguna ilustradora latinoamericana en mi colección de libros. Ustedes, ¿qué ilustradoras me recomiendan?responder