León. Camino de Santiago por tierras de León. Ponferrada. Caballeros Templarios protegiendo al peregrino. Knights Templar protecting pilgrims

Por Jgrpmp123

Si quieres conocer qué hacían los Caballeros Templarios en el Camino de Santiago y el impresionante castillo que poseían en Ponferrada sigue leyendo este post. También podrás conocer el casco antiguo de Ponferrada y lo que le contaron los Templarios a Juan, nuestro imaginario peregrino del siglo XIII y que conocisteis por primera vez en el anterior capítulo "Por qué se construyeron las catedrales góticas".

If you want to know what did the Knights Templar in the Camino de Santiago and the impressive castle in Ponferrada they had read this post. You can also visit the old town of Ponferrada and waht the Templars told John, Juan our imaginary pilgrim thirteenth century and could already know in the previous chapter "Why the Gothic cathedrals were built".


RECOMENDACIÓN MUSICAL
Música para acompañar el Camino
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Music to go with the Way



Antes de comenzar con las aventuras y desventuras de Juan quiero indicarte que todas las fotos de pinturas y mobiliario que vais a ver a partir de aquí han sido tomadas en el Hotel "El Temple" decorado totalmente con motivos medievales con gran gusto y acierto, y que amablemente me han permitido que las publique en el Blog tras una entretenida conversación que mantuvimos.

Juan continuaba su Camino hacia Ponferrada guiándose por las conchas de vieira que había en árboles o postes que es el símbolo del peregrino.

Había andado ya unas leguas desde Astorga cuando se encontró con una caravana de carros acampados que se dirigían hacia el Sur a los cuales les pidió compartir su fogata para pasar la noche al calor a cambio de ofrecerles parte de la carne de su fiambrera. A la luz de la fogata Mendo le contó a Juan que se dirigían a Mérida desde Astorga siguiendo la Ruta de la Plata vendiendo productos derivados del cerdo, a lo largo del camino por el cuál se podía pisar aún la calzada romana que unía esas 94 leguas (450 km). 

Al contrario de lo que pudiera parecer el nombre, la Ruta de la Plata fue una calzada romana que unía Astorga con Mérida y que se usó para facilitar el comercio norte-sur por la parte oeste de la Hispania romana, pero por la cual no transitó nunca plata. El nombre puede ser debido a un error fonético o evolución de otras palabras parecidas. 


A la mañana siguiente Juan emprendió camino y al cabo de unas horas seguía sumido en sus meditaciones llegando en ocasiones a desconectar del entorno circundante. En este estado de meditación a Juan le pillaron totalmente por sorpresa los fuertes ladridos de unos mastines que a gran velocidad salieron entre los árboles y le arrinconaron contra una alta y plana roca. El corazón le salía por la boca y el sol frente a él le deslumbraba permitiéndole solo entrever cómo se acercaban unas siniestras figuras. Le habían seguido desde Castrillo de los Polvazares y esperado el momento idóneo para arrebatarle el zurrón creyendo que lo que le abultaba era algo valioso. Ahora Juan recordó la sombra que sintió pasar tras él cuando se estaba despidiendo de sus amigos y que se había esfumado. Su temor había sido real y el ladrón le había seguido desde aquel día. Echando a patadas a los canes los dos salteadores de peregrinos al ver que sólo era una fiambrera el deseado botín, pusieron una navaja en el cuello de Juan amenazándole con rebanarle el cuello si no les daba todo el dinero que llevara. Juan, desesperado, veía tan cerca de los suyos aquellos ojos inyectados en sangre que pensó que todo estaba perdido, preparándose para llegar a las puertas de Cielo sin haberle dado tiempo a conseguir las indulgencias prometidas en Santiago. 


Repentinamente aquellos malvados ojos cambiaron la dirección de su mirada hacia la parte superior de la gran roca donde tenían acoquinado a Juan. Cambiaron su expresión de maldad amenazante por la de terror suplicante, y sin más, salieron corriendo a toda la velocidad que les permitían sus piernas seguidos por sus fieles canes.

Sin dar crédito a lo que estaba ocurriendo Juan tragó saliva y lentamente se dio la vuelta mirando hacia el mismo sitio que había aterrorizado a los maleantes. Allí, sin decir palabra, hierático y callado estaba plantado un imponente Caballero a lomos de su caballo, con armadura, capa blanca y una T de color rojo sobre la cota de malla de su pecho. El Caballero dirigió su caballo hacia Juan y ofreciéndole su brazo le incorporó aún tembloroso y sin aliento a la grupa de su montura.


Al trote, ambos se mantuvieron en silencio un buen rato hasta que el caballero tomó la palabra para apaciguar la agitadarespiración de Juan que notaba en su nuca. El misterioso salvador de la vida de Juan se presentó como el Caballero Templario Don Nuño López de Valduernay le tranquilizó diciéndole que le llevaba a una morada segura donde podría descansar y reponerse de la terrible experiencia vivida.



Pasaron largas horas y la oscuridad de la noche fue cayendo cuando Juan atisbó desde la grupa del caballo cómo se acercaban a unas imponentes murallas con almenas y torreones. 

El foso circundante lleno de agua le pareció como una continuación del caudaloso río Sil que fluía justo por un flanco de la muralla.

Un edificio así no lo había visto Juan nunca y supuso que era una fortaleza de las que había oído hablar tantas veces en las historias de juglares.


El caballero detuvo su caballo a los pies de una gran puerta de madera de dos jambas, flanqueda por varios torreones almenados sobre los cuales ondeaban banderas y pendones iluminados por la rojiza luz de las antorchas. 

La puerta se abrió lentamente y ambos entraron en el castillo que a Juan impresionaba más aún al contemplar los muros interiores con almenas que formaban una inexpugnable barrera, reforzada por los torreones desde los cuales se podían vigilar los cuatro puntos cardinales.




Don Nuño Ponce  condujo a Juan hasta una estancia donde le invitó a sentarse en una gran mesa ofreciéndole una austera cena con una jarra de vino y comenzó a narrarle dónde estaban y por qué le había salvado la vida .


Maese Juan, yo soy Don Nuño Ponce, Caballero del Temple. Los Templarios somos una orden de monjes soldados que protegemos a los peregrinos que viajan a los Santos Lugares cristianos como Jerusalén y Santiago de Compostela. Hemos luchado en las cruzadas y hemos salvado la vida a muchos peregrinos que andan los caminos en soledad como vos.  

Nos encontramos en el castillo de Ponferrada, el mayor castillo templario de Europa y desde éste y el de Cornatel protegemos el Camino de Santiago para mantener a salvo a los peregrinos que pasan por León
Con esta introducción Don Nuño Ponce le contó a Juan que en 1178 Ponferrada pasó a depender de la Orden del Temple por donación de los reyes leoneses. Los Templarios se encontraron con una pequeña fortaleza construida sobre una ciudadela romana que ellos ampliaron y mejoraron como defensa del Camino de Santiago. 
Los Templarios protegían a los peregrinos tanto de bandas organizadas de asaltantes, como de los llamados portazgueros, que exigían el pago del Portazgo a su paso por tierras navarras y vascas,  y que en muchas ocasiones secuestraban a los peregrinos usándolos como bestias de carga. También a los hospederos que regentaban los lugares de descanso de los peregrinos a lo largo del Camino.

Tras la imagen de los misteriosos monjes guerreros, los Templarios eran estudiosos e investigadores y aprendieron a manejar la numeración árabe, cuando en Europa aún se seguía utilizando la numeración romana. Esto les permitió desarrollar los conocimientos de aritmética, geometría y trigonometría, aplicándolos a la banca, geografía, cartografía, astronomía y arquitectura. También desarrollaron un sistema bancario y de agencia de viajes que organizaba las peregrinaciones, así como la implantación de sistemas productivos agrícolas y ganaderos, que ayudaron a los pueblos locales. Crearon la primera multinacional europea.
Esto les llevó a conseguir un gran poder a lo largo de toda Europa durante 200 años con casas, castillos y señoríos que despertaron la codicia y el miedo en las monarquías Europeas, especialmente la Francesa, que utilizó su papel de valedor del Papa Clemente V para que éste en 1307 acusara y condenara de herejías al Gran Maestre de la Orden Jacques de Molay, conjuntamente con 140 de los caballeros de su Orden llevándoles a la hoguera. 

El Papa siguió presionando a los reyes europeos, de manera que poco a poco el poder de la Iglesia se fue imponiendo y la orden fue desapareciendo. El poder que había durado 200 años se perdió pero nunca se supo donde se guardaron los míticos tesoros que poseían y sobre todo la reliquia más preciada de todos los tiempos, el Santo Grial.


Casco antiguo de Ponferrada


Tras las fantásticas historias que escuchó Juan y después de descansar esa noche en el castillo, al día siguiente nos podemos imaginar que se dirigió a la Iglesia de Nuestra Señora de la Encina o de San Andrés si hubieran estado construidas, para dar gracias por haber sido salvado por el misterioso caballero y aun permanecer entre los vivos. Se movió entre las callejuelas de Ponferrada pero no pudo ver ninguno de los monumentos que vais a ver ahora ya que quedarían siglos para construirse.

Nuestra Señora de la Encina


Nuestra Señora de la Encina. De estilo Renacentista, construida en el siglo XVI sobre la de Santa María que si pudo ver Juan construida en el siglo XII


Iglesia de San Andrés. Siglo XVII


Murallas y Nuestra Señora de la Encina


Casa de los Escudos / Museo de la radio fundado por Luis del Olmo
Construida en el siglo XVIII


Casa de los Escudos / Museo de la radio fundado por Luis del Olmo
De estilo barroco

Casa de los Escudos / Museo de la radio fundado por Luis del Olmo

Torre del Reloj. Construida en el siglo XVI. Ubicada sobre una de las puertas de la muralla medieval, única que se conserva, la Torre del Reloj se encuentra sobre el Arco de la Eras, en el acceso a la Calle del Reloj

Ayuntamiento. Siglo XVII. 


El barquillero

Mientras Juan volvía de sus plegarias y agradecimientos de la iglesia, estuvo pensando que sería mucha suerte que de nuevo un caballero Templario estuviera a su espalda si se volvía a repetir un ataque parecido. Tomó la decisión de comprar una daga o espadín que le permitiera defenderse, para lo cual en la despedida y después de darle las gracias de corazón de nuevo a Don Nuño Ponce por haberle salvado la vida y por su hospitalidad, le preguntó donde podría comprar un arma para defenderse. El Caballero le recomendó la mejor herrería de la comarca y hacia allá encaminó sus pasos Juan antes de retomar el Camino de Santiago.
¿hacia dónde crees que se dirige ahora Juan? si tienes alguna idea comparte tu comentario
No te pierdas por el casco antiguo de Ponferrada

Mapa de la Ruta de Santiago por tierras de León
Este mapa se irá actualizando según avancemos en los capítulos que describen el Camino de Santiago por tierras de León. 
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Nos vemos en el próximo capítulo