Leopoldo Marechal y la Comunidad organizada (11 de junio de 1900 - 26 de junio de 1970)

Por Julianotal @mundopario



“-Desdefines de 1955 –les dije-, con un pueblo en derrota y su líder ausente, soy undesterradocorporale intelectual. Y añadí: -En nuestra fauna sumergida existen hoy el GobernanteDepuesto,el Militar Depuesto, el Cura Depuesto, el Juez Depuesto, el Profesor Depuesto yelCirujanoDepuesto. No quedó aquí ningún hijo de madre sin deponer. -¿Y usted qué lugarocupaenesa fauna? –me preguntó Megafón chisporroteante de malicia. –Soy el PoetaDepuesto –leconfesémodestamente”.LEOPOLDOMARECHAL1
   El caso de Leopoldo Marechal constituye una posiciónopuesta a la de Borges. Sin haber sido amigos, ni compartir la misma concepciónliteraria, ambos formaron parte, durante su juventud, de la revistavanguardista Martín Fierro. Ambos, en distinta medida, colaboraron en larevista de Victoria Ocampo como otros ex martinfierrista como González Lanuza;pero las posiciones ideológicas terminaron interviniendo en esa camaraderíaintelectual. Leopoldo Marechal era un escritor católico y nacionalista, y enefecto, la situación mundial terminó dividiéndolos inevitablemente. Perotambién se diferencia a Borges en cuanto a su relación con el peronismo, ya queMarechal apoyó a Perón desde aquel 17 de Octubre, que si a Borges le parecíauna teatralización baladí, para él fue una invitación para formar partede un momento histórico:
“Me vestí apresuradamente,bajé a la calle y me uní a la multitud que avanzaba rumbo a la Plaza de Mayo. Vi, reconocíy amé los miles de rostros que la integraban: no había rencor en ellos,sino la alegría de salir a la visibilidad en reclamo de su líder. Era la Argentina <<invisible>>que algunos habían anunciado literariamente2, sin conocer ni amar sus millones de carasconcretas, y que no bien las conocieron les dieron la espalda. Desde aquellashoras me hice peronista”3
Sin haber participado nuncapolíticamente, ofreció sus servicios al por entonces coronel Perón, así fue quese reunió con un grupo de argentinos como José María Castiñeira de Dios,Hipólito Jesús Paz y Arturo Cancela, entre otros, para realizar una formulaciónteórica del peronismo, para dar forma a lo que sería luego la doctrinapartidaria. En el esbozo de su doctrina el coronel Perón plantea el problema dela cultura como un eje axiomático alrededor del cual se mueven los factorespolíticos, sociales y económicos de una nación: si el eje falla, la rueda noanda.4Cuando Perón fue elegidopresidente en 1946, Leopoldo Marechal ocupó la dirección General de Cultura yluego el de Enseñanza Artística. Esa participación activa dentro del gobierno,terminó empañando su trayectoria de escritor y poeta. La mayor parte de laintelectualidad argentina, era mayoritariamente antiperonista. Incluso lamayoría de las editoriales albergaban en su seno a toda clase de opositores. Cuando en 1948 salía sulaboriosa novela Adán Buenosayres, fue ignorada impúdicamente. Las pocascríticas que recibió fueron agresivas, el ex martinfierrista González Lanuzaopinaba desde Sur: “El autor estaba persuadido de estarescribiendo una novela genial y en los hechos solo imita torpemente a Joyce;el autor abusa de un lenguaje coprológico innecesario y vacío con elsuperficial propósito de escandalizar, pero de hecho es tan aburrido queel crítico no alcanza a comprender como el soportó la lectura de tantasprescindibles páginas, el autor es malintencionado respecto de sussemejantes, pero en el fondo no es más que un engreído, unresentido y un tomista”.5
A excepción del todavía ignotoJulio Cortázar6, las críticas fueron pocas ydespiadadas. En efecto, esa ruptura y división que provocó el peronismo llegóal punto de que partidarios al régimen(en su mayoría nacionalistas) terminaran por optar con la fundación de unasociedad de escritores paralela a la antiperonista SADE, de la cual eradesignado Borges presidente de la misma a partir de 1950. A pesar de que, comodestacó Guillermo Korn, existieron de todas formas casos donde existieronconvivencia más allá de la posición política e ideológica7, sin querer simplificar elcuadro, debemos asumir que en proporción se trataron de hechos mínimos yexcepcionales, sobre todo luego de la llamada obsecuencia peronista8 que se amplió alarmantemente apartir del segundo gobierno.
Volviendo a Marechal y surelación con el peronismo, al abordar el tema de la cultura de masas, noasimiló, como gran parte de la intelectualidad, el carácter inédito que habíaadquirido mediante la irrupción a las masas como sujeto político. Más bien, superspectiva es bajo una conductiva unidireccional, enmarcado en un pensamientotradicional de corte elitista.9 Así su análisis expuesto en Argentina en marcha de1947, no está a la altura de las circunstancias, aunque tampoco desentona en eldesconcierto que había acarreado el peronismo. Sin embargo, su colaboración enla estructuración de la doctrina, podemos encontrar puntos coincidentes en loque Perón expone como fundamento filosófico La Comunidad Organizadaen el Congreso de Filosofía en 1949, con uno de los libros que componen lanovela Adán Buenosayres: “El oscuro viaje a la ciudad de Cacodelphia”, dondeel protagonista (Adán Buenosayres) emprende un viaje metafísico con su guía(Schutltze) hacia un infernal Buenos Aires, donde convergen todos los pecados yactos egoístas que anarquizan el orden establecido. Se trata mucho más que unaparodia del infierno de Dante, sino más bien una crítica social, del desafíoque le corresponde emprender al peronismo en su hora. Como mencionaba Perón: “En esta fase de la evoluciónlo colectivo, el <<nosotros>>, está cegando al individualismo egoísta. Esjusto que tratemos de resolver si ha de acentuarse la vida de lacomunidad sobre la materia solamente o si será prudente que impere la libertaddel individuo solo, ciega para los intereses y las necesidades comunes,provista de una irrefrenable ambición, material también”.10
En la novela, Cacodelphiaconstituía un espejo deformante de la realidad. Pero en ella el recorridocondenatorio es hacia el intelectualismo, las individualidades egoístas queintentan apartar a las masas (demos) de su destino, evitando suorganización11. El infierno de Adán Buenosayresfunciona como un catálogo de aquellos sujetos que intentan desviar alpueblo, o en algunos casos lo marginan, evitando la evolución hacia uncolectivismo. En ellas aparecen los irresponsables, los políticos corruptos,los intelectuales, los hipocondríacos, los oligárquicos,etc. Lo contrario aCacodelphia lo constituiría la justicia social, la comunidad organizada que pregonabael presidente Perón. Pero ese humor angelicus con el que se excusaMarechal al incorporar a sus contemporáneos en el averno, decididamente no debehaber causado mucha gracia, para personajes tan claros como es Luis Pereda(Borges), o el caso de Titania (¿Victoria Ocampo?) donde la crítica que llevasobre su papel de falsa intelectual, sumado a ciertos prejuicios del autor, ladejan muy mal parada:
“-¿Quiénes son esas mujereslujosas? –le pregunté a Schultze.-Las Ultra –me respondió él-.Ultracortesanas, ultrapoetisas, ultraintelectuales: superhembras templadas comolaúdes.(...) –Usted las ve imitar el aire de Safo y la pose de Lisístrata; y sise les acerca, las oirá debatir arduos problemas de filosofía, de arte o de cienciaseconómicas. Pero fácil es advertir que sólo hablan con el sexo.(...) Meditaba en ello, cuando se meacercó una de las mujeres. Asombrado y confuso, iba yo a gritar su nombre; peroel astrólogo Schutlze, poniéndome una mano en la boca, evitó muy a tiempoaquella indiscreción. Entretanto, la Ultra se plantaba delante de nosotros con esa majestad quetantas veces le había yo admirado en la Buenos Aires visible: era tan alta como Schutlze,opulenta de formas y enjuta de rostro; en su pelo renegrido se entrelazabangajos artificiales de cedrón, adormidera y laurel; dos caracoles de plata lemordían los rosados lóbulos de las orejas, y una ropa de noche la vestía o ladesnudaba rigurosamente hasta los pies calzados no sé yo si de azafrán o deotoño.(...)...el astrólogo, mirándola conla severidad de un juez, le dijo entonces:-¡guarde compostura laacusada! Renuncie a sus pujos intelectuales (que sin duda no impresionarían alJurado), y diga si es verdad que, víctima de cierta exaltación nada intelectual,se entregó a una cosecha bárbara del continente americano. (...)Diga si escierto que, no bastándole la producción local, se dedicó a la pesca en otroscontinentes, atrayendo a sí a numerosos ejemplares masculinos, todos afinadosen el uso y abuso de la inteligencia.-Necesitaba documentarme–objetó la Ultra.-Y algo más –insistióSchutlze-. Diga la acusada si es verdad que, regresando luego al país, seobstinó en la tarea ridícula, peligrosa y afortunadamente inútil de refinar alos peones de su estancia, obligándolos a escuchar conciertos de Honegger,novelas de Lawrence, páginas de Gide y lecciones de Freud.-¡Paisanos brutos!- refunfuño la Ultra (...)-Lo más oneroso que hallo enTitania es su manía, ciertamente aborrecible, de subordinar las cosas delespíritu a las vagas, exquisitas e inefables titilaciones de su <<sensibilidad>>...”12
Más allá de la polémica queimplica ciertos personajes, constituye una novela experimental, cuyoemprendimiento es la búsqueda del lenguaje que acerque lo nacional, sin desestimarlas raíces grecolatinas, ni la tradición judeocristiana. Lo tenemos que valorara partir de su momento histórico, pues su pensamiento no desentona con elnacionalismo católico de derecha de la época (donde se encierran parte de losprejuicios morales y religiosos que encuentra Jitrik en su crítica13).
Sin embargo, a pesar deciertas limitaciones ya mencionadas, a partir de su crítica social que encaraen el libro VII de su novela,14 respalda la revolución justicialista, cuyo fin es armonizarlas clases sociales, no enfrentarlas como pregona el marxismo. Así, Marechaltambién expone su crítica al orden castrense, cuyo vicio es “la sensualidaddel poder, el orgullo de las armas y la sed de conquista” y para lograr talfin acude a la burguesía que “profesa un tierno amor a sus doblones: con elllanto en los ojos ve la hemorragia creciente en sus bolsas. Y llorandose dice: <<¡Para qué lo ayudé a ese generalote!>>” esentonces cuando la burguesía busca agitar a las masas para su propio provecho.Es entonces cuando expone su crítica al ascenso de la burguesía al poder, el pensamientonacionalista, vuelve a acusar su posición: “no bien una clase inferiorusurpa la primera jerarquía, impone su mística particular del mundo, yal universalizarla traduce a ella todos los valores humanos” Laburguesía impone su lógica materialista: “ el acento recae sobre loeconómico, y el hombre es medido por su libreta de cheques (...) vendrán losfilósofos, los políticos y los economistas que darán a las ideas deVaisya (NdA: la burguesía) un estilo literario” El únicodesenlace que le encuentra es la revolución de las masas, o por el contrario,un retorno al orden estructural donde Dios o la lógica divina gobierne.15
A su vez, también para Perónla crisis que se está sufriendo es materialista: “La evolución del pensamientohumano recuerda también la imagen del centauro: sometido a altísimas tensionesideales en largos períodos de su historia, condenado a profundas oscuridades enotros, esclavo de sordos apetitos materiales a menudo. La crisis de nuestro tiempoes materialista. Hay demasiados deseos insatisfechos, porque la primera luz dela cultura moderna se ha esparcido sobre los derechos y no sobre lasobligaciones; ha descubierto lo que es bueno poseer mejor que el buen uso quese ha de dar a lo poseído o a las propias facultades”.16
En cierta medida, Marechalrespalda y asiente la doctrina justicialista, dándole un matiz más cristiano yespiritual. Lo curioso que ese momento histórico lo percibió como Borges, pues setrataba de una batalla decisiva entre el bien y el mal. Así lo ilustra en otropasaje de su travesía por la oscura ciudad de Cacodelphia: el mal era el grupogobernante de la situación del país, cuya inmovilidad, “negándose a todasuerte de acción” llegó al punto de un vacío de poder que dominaba laescena política, mientras la intelectualidad orgánica “dilapidaban su tiempoen inútiles especulaciones filosóficas, en vanidosos afanes artísticos oen prosaicos intentos de reorganizar la ciudad terrestre” Asíestaban las cosas cuando apareció Perón, “un hombre que, reuniendo ensí la prudencia de la serpiente y el candor de la paloma, vió en aquella locuraun retoño final de la vieja y al parecer agotada herejía quietista.”
Esta relectura de AdánBuenosayres, encierra algo más que lo que supone Rocco-Cruzzi, ya que apartede proponer en cierto aspecto una versión judeocristiana de El hombre queestá solo y espera, que le da una nueva resignificancia a laargentinidad17, también busca entablar una nuevaorientación, cuya fin no se basa en una doctrina del Estado tendiente a unaadecuación del hombre a sus intereses, sino que constituye la doctrina delhombre a la que se adecua el Estado para servir al hombre. Pero sólo ello selogra a través de un colectivismo social: una comunidad organizada, dondeimporta no solo la naturaleza corporal del individuo sino también laespiritual. Y en dicha utopía justicialista, el intelectual tiene que ofrecersu conocimiento para el bien común, un compromiso social. Y así lo establece ladoctrina justicialista: “(...)La cultura individual, cuando no cumplecon su función social, es un privilegio inadmisible en una Comunidadjusta y solidaria”.18
El vacío que le proporcionaronsus colegas, lo sumergen en el olvido de su trayectoria durante cerca de diezaños, después de la caída del peronismo. Pasaron muchos cambios en el medio deese largo trayecto. Fue entonces cuando Marechal redacta junto con el generalJuan José Valle una proclama “al pueblo de la Patria” utilizada durante el frustrado golpemilitar de 1956 y años más tarde, con el impacto que causó la revolución cubanamediante, pasa de un nacionalismo de derecha a uno de carácter popular, (aunquenunca marxista)19. La continuación de sus obrassigue demostrando lo que entiende él como compromiso del intelectual. Así de laepopeya paródica que constituyó Adán Buenosayres (convertido en bestseller,por la revalorización de la nueva generación y con ayuda del Boomlatinoamericano) pasa, con otra alegórica novela llamada El Banquete deSevero Arcángelo mediante, a su novela póstuma que retrata la gesta delpueblo llamada Megafón, o la guerra (1970), donde el protagonista emprendela liberación del pueblo de la dictadura militar después de los fusilamientosde José León Suárez. Se sabe que trabajaba en unacuarta que se llamaría El empresario del caos, cuyo anticipo lo habíaanunciado un año antes de su muerte en un encuentro de escritores, en Santiagode Chile. Allí, indagado sobre el compromiso del escritor con la realidad,respondió:
“El hombre, por el solo hechode nacer, está comprometido, y también, el no compromiso es una manera decomprometerse. ¿Saben ustedes que durante una tormenta el león da la cara al vientopara que su pelambre no se desordene? Yo hago lo mismo: doy la cara a todos losproblemas. Es la mejor manera de permanecer peinado”.20
Notas:1 MARECHAL, L. Megafóno la guerra. Buenos Aires. Sudamericana. 1970.2 En esacrítica está aludiendo a Eduardo Mallea y su Historia de una pasiónargentina donde convergen una Argentina visible y otra invisible. EsaArgentina invisible, para Mallea, era aquella que recuperaría los viejosvalores, encarnados en los fundadores de la patria y sus descendientes; esdecir, nunca podía representar el lúmpen que se concentró en la plaza.3 ANDRÉS, A. Palabrascon Leopoldo Marechal. Buenos Aires. Ceyne. 1990. p. 41.4 MARECHAL, E.R. “El Estado al servicio del hombre” en LUNA, F. (Dir.) Nuestro Siglo.BuenosAires.Hyspamerica. 1984.Tomo VI. p. 154.5 GONZÁLEZLANUSA, E. “Adán Buenosayres de Leopoldo Marechal” en Sur. Buenos Aires.N°169.Noviembre –Diciembre de 1948.6 CORTÁZAR, J.“Leopoldo Marechal: Adán Buenosayres” en Realidad. Buenos Aires. N° 14.Marzo –Abril 1949.Extraído de CORTÁZAR, J. Obra crítica. Buenos Aires. Punto de Lectura.2003.7 KORN, G. Op.Cit. pp. 23 –25.8 GAMBINI, H. Historiadel peronismo. La obsecuencia (1952 –1955) Buenos Aires. Vergara. 2007.9 En ciertamedida su pensamiento se asemeja al nacionalismo aristocratizante de la época.10 PERÓN, J. D. La Comunidad Organizada.Buenos Aires. Secretaría Política de la Presidencia de laNación. 1974.p. 74.11 “-Es el pobreDemos- respondió Schultze-: la mayoría nuestra que, inclinada igualmente albien o al mal, sigue la dirección de cualquier viento”. MARECHAL, L. AdánBuenosayres. Buenos Aires.Sudamericana.1972. p. 483.12 MARECHAL, L. Op.Cit. pp. 516 –518.13 JITRIK, N.“Adán Buenosayres: la novela de Marechal” en Contorno. Buenos Aires. N°5 /6.Setiembre de1955. p. 41.14 GracielaMaturo, sostiene que Adán Buenosayres es, de las tres obras, la de menorincidencia política:elaboradaa partir de 1930, recoge principalmente la autobiografía juvenil del escritor,así como el surgimiento de sus preocupaciones metafísicas y religiosas”; enrealidad, sobre todo en el libro VII, lo que hace Marechal es utilizarsus preocupaciones metafísicas y religiosas para ilustrar el Caos (Cacodelphia)y el manifiesto de un nuevo Orden (el peronismo), cuya virtud no descuida la espiritualidaddel hombre. MATURO, G. El peronismo en la obra de Leopoldo Marechal. BuenosAires.Rev.Peronistas. p. 105.15 MARECHAL, L.Op. Cit. 568 –575.16 PERÓN, J. D. Lacomunidad... p. 69.17 ROCCO –CUZZI,R. “Las epopeyas de Leopoldo Marcehal” en JITRICK, N (Dir.) Historia Críticade la Literatura Argentina. El oficio se afirma. Buenos Aires. Emecé.2004. p. 472.18 PERÓN, J. D. DoctrinaNacional. Buenos Aires. Ediciones Mundo Peronista. 1952. Sección VIIIDoctrina de la Nación en materia cultural.19 “Me pareceque, más que una revolución marxista, la de Cuba es una revolución nacional ypopular, como la nuestra, la de Perón; con la diferencia que Fidel ha llevadoal socialismo a extremos más rigurosos que Perón”. Entrevista de ElMundo, domingo 29 de Enero de 1967. citado en ANDRÉS. A. Op. Cit. p.63.20BOMPADRE, R.“Leopoldo Marechal, un escritor trascendente y porteño” en Todo es Historia.Buenos Aires.N° 149. Junio del 2002. p. 43.