La breve filmografía de Leos Carax está formada exclusivamente por cinco largometrajes y unos cuantos cortos a lo largo de más de treinta años, sin embargo, ya desde su ópera prima el director francés demostró la gran personalidad que poseía su cine y que se trataba de un autor con un mundo propio por desarrollar. Sus influencias cinematográficas son claras, se coronó desde el principio como el nuevo enfant terrible heredero de Jean Luc Godard y la nouvelle vague, resulta patente la importancia que tiene la música en su cine, o su gran interés en el cine mudo y en la transmisión de sensaciones a través de la expresión corporal, además de sus temas recurrentes como son la soledad y el amor, y aunque todo esto pueda parecer manido en una primera impresión, Carax realmente tiene una voz propia con mucho que decir.
Se puede apreciar una evolución argumental a lo largo de sus películas. En Boy Meets Girl el chico busca desesperadamente a alguien a quien amar, pero no será hasta prácticamente el final del film cuando lo logre, y además de no ser correspondido contribuirá accidentalmente al asesinato de ella. Mientras el tono general de su ópera prima es muy apesadumbrado y descorazonador, Mauvais sang es la absoluta exaltación romántica; Alex es reservado y silencioso, pero cuando conoce a Anna sus sentimientos por ella le cambian, un incontenible nerviosismo le recorre el cuerpo hasta el punto de tener que aplacarlo tumbando un coche o corriendo y saltando por la calle.
Les amants du Pont-Neuf recorre todas las fases de la clásica película romántica, abarca las ya vistas en las dos cintas anteriores y además el amor entre ambos culmina en una relación, que se rompe por algún tiempo y se retoma de nuevo. Pola X supone una excepción en la filmografía de Carax en muchos aspectos, en ella podemos ver el reverso más oscuro de todas estas historias de amor. En Holy Motors encontramos un capítulo que continúa esta evolución, el único en el que Oscar no está actuando, cuando se encuentra con una antigua amante. La idea original era que el papel de Jean fuera interpretado por Juliette Binoche, como breve continuación de los amantes indigentes, pero esto no pudo ser; igualmente este reencuentro es una rememoración de una relación ya finalizada y que, efectivamente, no puede continuar.
La evolución en su calidad es muy notable en la filmografía de Carax: Boy Meets Girl fue su carta de presentación, en Mauvais Sang perfeccionó y pulió temas que ya había abordado anteriormente logrando una de sus mejores películas, con Les amants du Pont-Neuf abandonó en cierto modo un cine más minimalista y modesto pero sin perder su estilo, mientras que en Pola X es su única película realmente fallida. Si bien sus cuatro primeras cintas se sienten más juveniles y alocadas, Holy Motors es su obra más madura e inteligente, desde la cual se permite volver la mirada hacia sus películas anteriores y replantearse su propia visión del cine y del arte. Su última cinta es compleja y poliédrica, pues por un lado es una reflexión sobre el cine moderno y de la evolución que ha sufrido el medio desde su nacimiento, pero también es una parodia casi alocada de ello, llegando incluso a reírse tanto del gran público como de la crítica más especializada y exigente.
Avalon edita un pack en Bluray en el que reúne tres títulos de este magnífico director (Boy Meets Girl, Mauvais Sang y Holy Motors), con una gran calidad de imagen y sonido, ingentes extras, especialmente en el caso de la última de las tres, en una edición cuidada y acompañada de un breve libreto que recopila diversos análisis del cine de Carax. Una cita ineludible para todo amante de este enfant terrible francés.