¿Les preocupa a los ayuntamientos la invasión eólica?

Por Davidalvarez

Hay noticias que se entienden mejor cuando se ven juntas, ya que en muchas ocasiones, si se leen por separado, o no se tiene la suficiente información, la interpretación de los hechos puede resultar confusa.

En la prensa de hoy aparece un artículo, en que que nos informan de que por primera vez el Principado de Asturias aborta la tramitación de tres parques eólicos porque, tal como contempla la ley, dos ayuntamientos, el de Taramundi y el de Boal, en los que se iban a asentar, han emitido informes desfavorables a su instalación. Podríamos pensar que ambos ayuntamientos, hartos de ver como sus sierras se llenaban de aerogeneradores cubriendo hasta el último centímetro cuadrado de su superficie, hayan dicho que ya estaba bien y que era hora de parar esa salvajada. 
También es conveniente apuntar para entender la situación que las comunidades autónomas, en este caso el Principado de Asturias, son las administraciones competentes para tramitar los parques eólicos de mas de 50 megavatios, la inmensa mayoría de los que están instalados en Asturias. Los parques que tienen uan potencia superior a los 50 megavatios los tramita el Ministerio para la Transción Ecológica. Y esto es muy importante, porque podría explicar por que muchos de los grandes parque eólicos que cubren sierras enteras del occidente de Asturias se fraccionan en pequeños parques que por separado tienen menos de 50 megaviatios, pero si se unieran, ya que son promovidos por la misma empresa, sumarían mucha más potencia, por lo que deberían ser tramitados por la administración central. Cualquiera diría que esta fragmentación de proyectos tiene algo que ver con la reciente aprobación de la Nueva Ley de Calidad Ambiental en Asturias, que entre otras cosas permitirá dar de paso un proyecto "pequeño" con una simple declaración responsable del promotor, eliminando la anterior obligación de someterse a una evaluación de impacto ambiental.

Pero si leemos la noticia que ha aparicido en otro diario regional hace justo un mes, vemos las caras sonrientes del alcalde de Boal, José Antonio Barrientos y de la representante de Capital Energy, felices como dos perdices el día que acaba la temporada de caza menor, firmando un acuerdo por el cual el consistorio permitiría parques eólicos en su territorio, siempre que las empresas que los instalaran arreglaran las carreteras y dieran empleo, en resumidas cuentas, que aflojaran la cartera que ya luego se gestionaría ese dinero como el ayuntamiento considerara oportuno.
Pues curiosamente, uno de los proyectos que se han rechazado es promovido por la empresa Green Capital, que pertenece al grupo Capital Energy. Si, los mismos que firmaban alegremente el convenio con el ayuntamiento de Boal. También resulta curioso como surgen pequeñas empresas asociadas a estas grandes corporaciones, que se encargan de la instalación de los parques, y que sospechosamente, después de terminada la instalación se dan de baja. De esa forma, si en un futuro hubiera de desmantelar ese parque eólico, con los costes que ello conllevaría, la empresa ya no existiría. Si fueramos mal pensados, pensaríamos que quizás Capital Energy no haya aflojado suficiente dinerito y eso haya motivado el rechazo del proyecto. Y si siguieramos siendo mal pensados, pensaríamos que en unas semanas, ese pequeño inconveniento se habrá solucionado problemente porque se añadirá un pellizquito más al "convenio" con el ayuntamiento, volviendo entonces las sonrisas a empresas, ayuntamientos y Principado de Asturias.
Pero no somos mal pensados, seguro que lo que le preocupa a los ayuntamientos de Taramundi y Boal es la desfeita que se está montando en sus montes. Debe ser eso