Roberto Malaver.
memorias de un escuálido en decadencia¡Ya perdimos la vergüenza! 230 años del nacimiento de Simón Bolívar y nosotros no dijimos un carajo, ni un avisito, ni un acto cultural, ni una frase célebre, sólo Embajada Radonski quiso salvar la patria y dijo esa vaina de que, “si Bolívar estuviera vivo, me estaría apoyando a mi y no estaría apoyando a Maduro”, y para decir soberana pendejada lo mejor hubiera sido callar. Pero menos mal que al pobre siempre lo salva Dios, llegó el nacimiento del Bebé Real y todo el mundo se empató en hablar de George Alexander Louis, o mejor dicho, de Jorgito, y nos olvidaron a nosotros, que de paso, Jorgito nos ayudó por partida doble, porque la gente se olvidó de la gira de Embajada Radonski a Chile –fracaso total, con verdugo incluido- y a Perú – todavía Carlos Ortega carga una arrechara encima que dijo que ahora sí decretaba el fin del paro que se le fue de las manos-.
Ese Bebé Real de los compañeros Williams y Katherine, nos salvó la vida política por una o dos semanas, y menos mal que no le habían puesto nombre al Bebé, porque después, cuando le pusieron el nombre, el chamo volvió a ser noticia, “aprende con el Bebé Real”, le gritó Ramón – liga de béisbol- Guillermo Aveledo a Embajada, “que siempre es noticia”, así le dijo el hombre que está hablando de golpe con el departamento de estado.
En la última reunión de la Mesa de la Unidad todos estuvimos de acuerdo en enviar una carta a los príncipes, allá en Kensington, la residencia oficial de los compañeros, pero Ismael García decía que tenía que ser en inglés y él no sabe cómo escribir esa vaina. “En Cambridge no se van a enterar ni van a leer esa vaina, Ismael”.- le dijo Andrés Velásquez. “Que la escriba María Corina, que ella habló con George Bush y sabe inglés”.- dijo Ismael. En fin, que no escribimos un carajo, y por lo tanto no enviamos nada, es decir, que en vez de ganar aliados en esta lucha contra esta dictadura, seguimos con la misma habladera de paja y no concretamos nada.
Mientras tanto, el papá de Margot llegó con una cara de arrecho y tomó el control remoto, y fue directo a Globovision, y allí estaban hablando de la verde, es decir, paja que jode, y el hombre escuchó atentamente un rato. Después cambió de canal y puso el canal ocho, y por poco le da una vaina cuando vio a Nicolás Maduro diciendo que “fueron a Chile a tomar agua con los torturadores de Pinochet”. El hombre se fue al cuarto y tiró aquella puerta con toda la arrechera del mundo y dijo: “Eso nos pasa por bolsas”.
- Puedo escribir los versos más tristes esta noche.- me canta Margot