En 1972, Neil Young lanza uno de sus discos más notables y atípicos: HARVEST. En él se suceden diversas formaciones musicales -desde los coros de Crosby, Stills and Nash a los Stray Gators- y estilos -no sólo el canadiense alterna country con rock y baladas sino que aun se atreve con la polirritmia en canciones como Words (Betwen the Lines of Age)-, además de buscar y conseguir mezclas poco menos que imposibles.
Por descontado, Young recurrió a la entonces ya afianzada adición de pistas en estudio; la parte más arriesgada se escuchaba en un puñado de temas -entre ellos el que origina estas líneas- para los que situó los diversos grupos de intérpretes en otras tantas localizaciones de su propia casa, a la manera de las grabaciones operísticas propias de aquellos años, con el fin de reproducir en una sola toma un directo que jamás se hubiera podido dar sobre un escenario.
Pero este disco memorable no debe toda su fama a lo heterodoxo de su producción ni a la selección de canciones; de hecho, fue acogido con bastante tibieza por la crítica de aquel momento, tan ciega como la presente y la futura. Uno de sus temas, Alabama, cabreó mucho a la gente del sur. Y no era la primera vez.
En AFTER THE GOLD RUSH (1970), el tema Southern Man ya había soliviantado a los pacíficos WASP, cuando advirtió al Klan que sus “cruces se están consumiendo rápidamente”. No podía sentar bien, desde luego, que un indio canadiense -un extranjero y, para colmo, miembro de una etnia considerada inferior- se permitiera censurar a los buenos estadounidenses criados en el temor de Dios. Pero si Southern Man era un aviso genérico al hombre sureño, Alabama le dio nombre y apellidos cuando especificó a qué estado iban dirigidos sus dardos:
ALABAMA (Neil Young)
Oh, Alabama,
Los locos del diablo
Con el plan mejor concebido.
Swing low, Alabama (1)
Tienes calderilla de sobras,
Tienes que sentirte extraña,
Y ahora el momento
Es lo único importante.
Alabama,
Llevas en los hombros el peso
Que te rompe las espaldas.
Tu Cadillac
Tiene una rueda en la cuneta
Y una rueda en la carretera.
Oh, Alabama,
Los banjos tocan
A través del cristal roto
De las ventanas bajadas en Alabama.
Mira a los viejos
Atados con sogas blancas.
Escucha el banjo,
¿No te devuelve al hogar?
Alabama,
Llevas en los hombros el peso
Que te rompe las espaldas.
Tu Cadillac
Tiene una rueda en la cuneta
Y una rueda en la carretera.
Oh, Alabama,
¿Puedo verte
Y darte la mano?
¿Hacer amigos en Alabama?
Vengo a ti
Desde un nuevo país
Y veo toda esta ruina.
¿Qué haces, Alabama?
Tienes al resto de la Unión
Para ayudarte en todo,
¿Qué es lo que va mal?
Apenas dos años después de que Young volviera a cantar contra el segregacionismo y la violencia racial de Alabama con aquella canción -en la que demostraba por igual su formidable inquietud creativa y su más bien escasa aptitud como letrista, sólo comparable a su habilidad como guitarrista-, un grupo de Florida entonces poco conocido, Lynrd Skynyrd, decidió devolverle la pelota al ‘viejo Neil’ con un homenaje al estado en que habían grabado su primer disco, en 1973, a las órdenes de Al Kooper. La raqueta usada en aquel partido fue, desde luego, la vibrante, a ratos confusa -escuchad el solo de guitarra, en clave diferente a la de la canción, aunque luego en estudio se corrigiera parcialmente el defecto con nuevas guitarras-, cachonda y biliosa Sweet Home, Alabama:
SWEET HOME ALABAMA (Lynrd Skynyrd)
Que sigan girando las grandes ruedas de los barcos fluviales (2)
Y me lleven al hogar a ver a los míos
Cantando canciones sobre el Sur.
Vuelvo a añorar mi Alabamy
Y sí, creo que es un pecado.
Vaya, he escuchado al señor Young cantar sobre ella,
Vaya, he escuchado como el viejo Neil la difamaba.
Vaya, espero que Neil Young sepa recordar
Que los sureños no le necesitan aquí para nada.
Dulce hogar, Alabama,
Donde los cielos son azules.
Dulce hogar, Alabama,
Señor, vuelvo a casa para encontrarte.
En Birmingham aman a su gobernador (¡buh, buh, buh!),
Y nosotros hicimos todo cuanto podíamos hacer
Y el Watergate no me preocupa,
¿Te preocupa a ti tu conciencia?
Di la verdad.
Dulce hogar, Alabama,
Donde los cielos son azules.
Dulce hogar, Alabama,
Señor, vuelvo a casa para encontrarte.
¡Allá voy, Alabama!
En Muscle Shoals tocan los Swampers,
Y se reconoce que han sabido darle a una o dos canciones,
Dios, me sacan de mí mismo,
Me acogen cuando me siento triste,
¿Y a ti?
Dulce hogar, Alabama,
Donde los cielos son azules.
Dulce hogar, Alabama,
Señor, vuelvo a casa para encontrarte.
Dulce hogar, Alabama,
Oh, dulce hogar, nena,
Donde los cielos son azules
Y el gobernador dice la verdad.
Es justo reconocer que el éxito de la canción de Lynrd Skynyrd fue mucho más allá de la réplica más o menos mordaz a las letras de HARVEST y AFTER THE GOLD RUSH. En la tierra misma de Neil Young, Canadá, Sweet Home, Alabama llegó a ocupar el sexto puesto de las listas de éxitos, y desde entonces se ha utilizado en medios tan diversos como el cine (Forrest Gump), la televisión (existe una telecomedia que toma su nombre de la canción) y hasta los videojuegos: en el título futurista de estrategia en tiempo real Starcraft II, el tema se escucha en la jukebox de una taberna espacial. Mucha menos fortuna conoció la canción parodiada, a pesar de que hoy HARVEST siga siendo un disco capaz de proporcionar unas ventas sostenidas a lo largo del tiempo, y la crítica, a toro pasado, haya descubierto sus bondades. Tal vez lo que verdaderamente importa de ambos temas no sea su contenido lírico -bastante chapucero en ambos casos- sino el sonido intenso y concentrado de una canción y la alegría refrescante y chispeante de la otra. La mejor prueba de esta aseveración la da saber que el mismo Neil Young ha cantado en público -una sola vez, eso sí- Sweet Home, Alabama. Fue en 1977, en un homenaje a los tres miembros de Lynrd Skynyrd fallecidos en un accidente de avión.
(1)Swing Low, Sweet Chariot, es el archiconocido espiritual negro -incluido en el Registro de Grabaciones de la Nación por la Biblioteca del Congreso- en que el cantante ruega al “dulce carruaje” de la muerte que ruede “meciéndose bajo” -por tanto, suavemente, sin sacudidas bruscas- para llevarle “hasta el hogar”. He preferido dejar el verso sin traducir, a fin de no extraviar la referencia. (2)La referencia es clara al éxito de Creedence Clearwater Revival, Proud Mary, cuyo estribillo empieza precisamente así: Big wheel keep on turning. El siguiente verso de la canción de Lynrd Skynyrd es, a su vez, una referencia al mismo espiritual negro citado por Neil Young en Alabama. Los Swampers, por otra parte, eran un apreciado grupo de músicos estudio a quienes los autores conocieron durante la grabación de su primer álbum, en la ciudad de Muscle Shoals. No todas las citas de la canción son tan evidentes. Hasta la fecha, nadie parece haber encontrado una explicación coherente sobre el significado del verso “En Birmingham aman a su gobernador”, seguido de un abucheo vagamente audible, y la alusión al Watergate de Nixon.CLICA AQUÍ Y ÚNETE A LA PÁGINA QUE ESTE BLOG TIENE EN FACEBOOK.