Muchas veces no nos damos cuenta a la hora de hacer una compra, sencillamente damos un vistazo y pensamos si nos gustará o no, nada más allá de eso. Un guión que nos interesa, un dibujo que nos llama la atención y en ocasiones no pasamos de ahí, pero en otras tantas (cada vez más) la presentación nos hace mucho.
Los antecedentes.
Quizá estaría bien que por un momento pensemos en el pasado y en la forma que tenían las primeras tiras cómicas, y es que eran precisamente eso, tiras que se vendían a los periódicos (dentro del sindicato y de forma industrial en muchas ocasiones) generalmente con una dirección humorística. No existía realmente el concepto de tebeo/cómic según lo entendemos hoy en día.
Debería aclararse que es en esta época, hablamos de hace cosa de un siglo, que empiezan a lanzarse recopilaciones de estas historias, saliendo a la venta en pequeños libritos lo que dará, precisamente, el nombre de “Comic book” y que realmente no hay más, libros que se llenan de cómic y dan lugar al comienzo de algo que se extiende hasta nuestros días.
Hay que hacer un aparte para lo que se conocerá por “Pulp”, no solo en el apartado de historietas dibujadas ya que en un principio se refería solo a las novelas por entregas. Realmente todo venía marcado por el tipo de papel usado, más barato y bruto (pulpa casi y por eso es) para publicar relatos que tenían mayor relevancia, que debían ser económicos y lograr la atención de un público popular y sin mayor educación que la justa (no olvidemos que la situación social actual es bien distinta, con una analfabetismo casi erradicado y una cultura general bastante más amplia).
Las manos de Paco Roca.Imagen de archivo de Ruta 42.
El hoy y el ahora.
Aunque lo que puede verse por las tiendas es distinto que lo que voy a poner a continuación, sin duda tengo que nombrarlo y es el llamado “48 CC” que es lo mismo que decir: 48 páginas a color en cartoné.
Quizá, pues así, no nos venga nada de buenas a primeras pero si se indica que esto es algo que cumplen los tomos de Astérix o los habituales de Mortadelo, entonces es más probable que se entienda a lo que me estoy refiriendo (ya que parto de la idea que no todos los que estéis leyendo esto sabéis necesariamente de tebeos).
Se expresa así las páginas, 48, que irán coloreadas, Color, y la portada dura, Cartoné, lo que ha sido durante muchos años el estandar de publicaciones y ha limitado la forma de contar historias (o incluso de hacerlas) en el ambiente europeo.
De un tiempo a esta parte esto no está siendo así. Pudiendo encontrar tamaños y ediciones muy distintas que van determinadas por el tipo de trama que se está llevando al lector. Hoy en día podemos encontrar tamaños definidos, como otras incursiones que nada tienen que ver con la habitual idea que nos viene a la cabeza al pensar en cómics.
Esto ha venido determinado, en cierta medida, por el avance de la técnica y el abaratamiento de los costes; pero sin duda el hecho del auge de la llamada Novela Gráfica (¿Qué es? Me temo que ese es otro debate mucho más amplio, y que se va de mano respecto de lo que estamos comentado aquí), que al hacer incursión en género y temática que hasta hace no tanto parecía no tener un público claro se había visto frenado pero que, cualquiera lo sabrá, está marcando una época y quizá las líneas de evolución que se seguirá en el futuro.
La frase más clara de los cambios que se están sucediendo vendría de la mano de Chris Ware: “Los cómics están apareciendo en las librerías como novelas y en los museos como arte”.
Lo que está por venir.
Esto es algo que se ha debatido en muchas charlas y ponencias, y por propia experiencia os digo que sin llegar a una conclusión clara, pero lo que puede verse es que no hay una vuelta atrás y que estamos en un momento en que el autor/autores no solo crean lo que se está contando, también tienen decisión en el formato que llegará al lector, siendo esto tanto la tapa dura como el lomo o la cubierta interior. Se tiene un mayor control y quizá por eso mismo una mejor transmisión de las ideas que originalmente se pretenden plasmar sobre la página.
Yo no soy dibujante ni guionista, así que esto no pasa de ser más que algunas ideas que me vienen al ser aficionado (y otras tantas por creadores que conozco y con los que tengo relación), pero mi recomendación es que en el próximo salón o feria del libro os acerquéis a cualquiera de ellos y le preguntéis. Las respuestas serán tan dispares, e interesantes, que sin duda merecerá la pena que os atreváis a entablar conversación.