Lev Shestov.Atenas y Jerusalén. Traducción de Alejandro Ariel González.Introducción de Alejandro Roque Hermida.Hermida Editores. Madrid, 2018.
Sabiduría y revelación tituló significativamente Lev Shestov (Kiev, 1866 - París, 1938) el prólogo que escribió en abril de 1937 para la primera edición de Atenas y Jerusalén, un libro que se publicaría en francés el año siguiente y en el que aborda la conflictiva relación entre razón y fe, entre sabiduría y revelación, entre tradición helénica y mensaje bíblico en un recorrido crítico por la historia del pensamiento occidental, entre la filosofía dogmática y la filosofía crítica, entre el pensamiento bíblico y el pensamiento especulativo.
‘Atenas y Jerusalén’ y ‘filosofía religiosa’ son expresiones casi equivalentes, superpuestas y, a la vez, igualmente enigmáticas que, por su contradicción interna, irritan el pensamiento contemporáneo. ¿No sería más correcto plantear el dilema en estos términos: o bien Atenas o bien Jerusalén, o bien religión o bien filosofía? Si recurriéramos al juicio de la historia, la respuesta sería precisa: la historia nos diría que, durante muchos siglos, los mejores representantes del espíritu humano han rehuido todos los intentos de contraponer Atenas a Jerusalén, han mantenido siempre con pasión el ‘y’ y han rehusado tenazmente el ‘o’. Jerusalén y Atenas, religión y filosofía racional, han convivido pacíficamente, y en esta paz los hombres veían la garantía de sus anhelos más queridos, cumplidos o incumplidos.
Con esas palabras explica Shestov en el prólogo el concepto vertebral de filosofía religiosa, central en esta obra, que publica por primera vez en español Hermida Editores con traducción de Alejandro Ariel González y con una introducción -Pensamiento inmarcesible- en la que Alejandro Roque Hermida recorre la evolución del pensamiento de Shestov, sus fuentes ideológicas y el núcleo del sentido de Atenas y Jerusalén, una obra elaborada durante dos décadas:
"Shestov había dejado escrito en su libro sobre Kierkegaard: ‘La tarea del cristianismo consiste en realizar ‘lo ético’ sobre la tierra.’Cuando esto es así y lo ético se coloca por encima de los mismos dioses, Shestov considera que el hombre ha perdido toda esperanza de llegar a una nueva dimensión del pensamiento. Se preocupa por el tema de Dios, porque prefiere creer en la posibilidad de lo imposible, aunque fuera mediante la apertura a la revelación, antes que poner su vida en manos de la especulación logocéntrica.”
Atenas y Jerusalén se organiza en cuatro partes que Shestov elaboró como libros en distintas épocas: en la primera, Parménides desencadenado, aborda la falta de libertad de los grandes filósofos en su búsqueda del conocimiento; en la segunda parte, En el toro de Falaris, subtitulada El conocimiento y el libre albedrío, la vinculación entre el conocimiento filosófico y el horror existencial; la tercera parte explica el fracaso medieval para armonizar la verdad bíblica de la revelación con la verdad helénica. Y finalmente los sesenta y ocho aforismos de La segunda dimensión del pensamiento se centran en la idea de la filosofía como lucha y en la relación conflictiva entre la razón y el conocimiento.
En esa crítica de la razón humana y de la necesidad mecanicista, Shestov opone la herencia de la filosofía racional de Atenas, que destruye el espíritu y ahoga la libertad, a la herencia de Jerusalén, con su capacidad liberadora.
Su objetivo, explica en el prólogo, es poner a prueba la pretensión de verdad de la razón humana o de la filosofía especulativa. El conocimiento no es reconocido aquí como el objetivo supremo del hombre; el conocimiento no justifica el ser, sino que, al contrario, es del ser de donde debe obtener su justificación. El hombre desea pensar con las categorías con las que vive y no vivir con las categorías con las que se acostumbró a pensar: el árbol del conocimiento ya no obstruye el árbol de la vida.
Santos Domínguez