Levedad, una propuesta

Por Urbana

Urbana Luna

La  levedad como valor literario. La levedad como reacción al peso del vivir. En estas reflexiones andaba Italo Calvino allá por el año 1985, cuando le sorprendió la muerte.

A esa indeseable que viste de negro le importa poco que uno se encuentre inmerso en las más profundas divagaciones o perdido en los brazos del amante. La muerte es opaca, pesada, inflexible. Se aferra a nosotros con más fuerza que un político a su cargo. Arrastra los pies por las galerías del laberinto, como un prisionero eterno, hasta que nos encuentra.Y el hombre lo sabe, por eso se aventura por senderos pequeños.


La levedad en la vida:
“En los momentos en que el reino de lo humano me parece condenado a la pesadez, pienso que debería volar como Perseo a otro espacio. No hablo de fugas al sueño o a lo irracional. Quiero decir que he de cambiar mi enfoque, he de mirar el mundo con otra óptica, otra lógica, otros métodos de conocimiento y de verificación” (Italo Calvino. Levedad. Seis propuestas para el nuevo Milenio)

Llegados a este punto nos topamos de frente con losparadigmas, piedras graníticas suspendidas sobre nuestras cabezas. Paraguas que ya no protegen, que parecen a punto de caer.
Ya que a Calvino le fue negado asomarse al milenio sobre el que tanto reflexionó, nos toca a nosotros, habitantes del aquí y ahora, explorar y perdernos. Encontrarnos y volvernos a perder. 
Experimentar el espacio que se conoce como mundo, país, ciudad o barrio, para recoger los mejores frutos. Pensar con la agilidad de la mosca que escapa, trabajar con la precisión de la abeja que construye hexágonos y elevar nuestro punto de vista imitando a las aves.
“En la vida todo lo que elegimos y apreciamos por su levedad no tarda en revelar su propio peso insostenible”, puntualiza Calvino.

Así parece entenderlo también René Magritte. En este caso, su pintura, siempre inquietante, nos enfrenta a una paradoja:
¿Leve pesadez o pesada levedad?

¿Pero qué es levedad en Literatura? Un ejemplo:

Un sépalo, un pétalo, y una espinaUna mañana cualquiera de veranoUn frasco de rocío, una abeja o dos, Una brisa, una cabriola entre árboles, ¡Y soy una rosa!
Emily Dickinson)

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