Leyendas y mitos patagónicos: leyenda del flamenco.

Copio:
Terry ya lleva 6 meses en la residencia. 
Por favor ayudadlo porque ya no puedo pagar más residencia y necesita un lugar donde tenga más posibilidades ade adopción o bien que alguien lo acoja hasta adopción porque no se como seguir manteniéndolo en la residencia. 
Es precioso, es para conocerlo, es un perroq ue enamora y sin embargo nadie pregunta por él ni nadie ayuda para su residencia. Es muy bueno y cariñoso y le encanta pasear, se lleva mucho tiempo en la residencia sin pasear ya que yo puedo ir solo una vez a la semana. Tiene un año y pesa 20 k y es un ángel, no entiendo por qué el pobre tiene tan mala suerte, solo ha preguntado por él un par de cazadores y creo que él se merece algo mejor ¿no pensais?. 
Por favor ayudadlo difundiendo, acogiendo o colaborando para la residencia.
Me pregunto si no hubiese sido mejor dejarlo en el campo empapado y minado de bichos porque yo no le puedo encontrar el hogar que se merece y no quiero que tenga el final de sus días encerrado.
Muchas gracias
Nati. Sevilla. Tf 639246949
natisabe@hotmail.com

Nóshtex, por lo cual los animales deciden hacerlo cruzar por un lago hasta otras tierras: La Patagonia.

Annon, el piche, fue el encargado de citar al flamenco para participar de la reunión de la laguna, pero mientras se dirigía hacia allá, vio a un gigante escondido detrás de unas rocas y tuvo miedo.

Para que éste no se diera cuenta de lo que estaba ocurriendo y temeroso de que le hiciese preguntas, comenzó a husmear la tierra buscando raíces y poco a poco se fue alejando entre los coirones, hasta llegar a la morada del flamenco que en ese entonces no lucía los hermosos colores con que hoy lo vemos.

Apenas enterado de la noticia, el flamenco, alzó presuroso el vuelo y llegó a la hora del amanecer donde ya el cisne había ocupado su lugar, teniendo a Elal niño sobre su espalda.

Esto llenó de tristeza y fue tal su pena, que el niño tuvo compasión y en premio a su nobleza le dio el color de la aurora que ya comenzaba a despuntar.

Aún así, Kapenke parece vivir siempre apenado y permanece en actitud solitaria y melancólica en las lagunas patagónicas.